Cuando a principios de año probamos los pequeños y potentes Lume Cube mencionamos la amplia gama de accesorios disponibles destacando, por su utilidad, los filtros correctores de color y difusores. Entonces no pudimos probarlos porque aún no habían llegado a nuestro mercado, pero ahora que ya están disponibles, hemos tenido la oportunidad de jugar con ellos; te contamos nuestra experiencia.
Igual que sucede con los propios cubos, el diseño se ha puesto al servicio de la práctica, logrando combinar con acierto la estética simple y atractiva con la eficacia. Dado que la compacidad, versatilidad y resistencia definen estas luminarias, los accesorios han de mantenerla.
Ergonomía y diseño
Para lograrlo, se ha ideado un ultra ligero esqueleto externo de aluminio que, mediante pequeños y potentes imanes, fija los filtros. La adhesión magnética permite superponer tantos filtros como se necesiten, aunque la resistencia a los golpes del segundo y sucesivos filtros disminuye. Es decir, resulta más fácil que se desprendan del soporte tras una caída.
Los filtros tienen el aspecto de una diapositiva de 35 mm: en el marquito se sitúan los imanes –uno en cada esquina– y en el lugar donde tradicionalmente encontramos la película, se ubica el filtro. Desarrollados en cooperación con el fabricante especializado Lee Filters, están fabricados en zircón, material especialmente pensado para la luz LED por durar hasta 200 veces más que los filtros convencionales.
Colocar el portafiltros resulta muy fácil gracias a un clip que abre la estructura para permitir la entrada del cubo. Una vez colocada, se ciñe de nuevo formando un bloque con la lámpara apenas unos milímetros más que antes. Dado que se trata de un armazón, tanto los mandos como la rosca del trípode se mantienen accesibles.
Puestos a poner pegas, echamos de menos una grafía en el marco del filtro con la referencia. La razón es que distinguir algunos de ellos a simple vista cuesta un poco por su similitud con el más próximo. No sucede así con los resultados, donde no resulta difícil averiguar el trabajo realizado por cada difusor.
Muestras
El portafiltros se vende acompañado de tres difusores blancos con tres grados diferentes: media –Y=60 %, equivalente a un difusor blanco 250–, fuerte –Y=50%, equivalente a un difusor blanco 416– y muy fuerte –Y=43%, equivalente a un difusor blanco 216–.
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Además de este set básico, hemos probado el kit corrector de temperatura de color naranja que se vende con cuatro intensidades diferentes: CTO2 –Y=50,4 %, mayor calentamiento del color–, CTO4 –Y=65,1 %, calentamiento de color medio– CTO6 –Y=75,4 %, corrección de LED a tungsteno– y CTO8 –Y=79,7 %, corrección suave–.
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Aunque no los hemos probado, también está disponible un kit de cuatro filtros con colores los básicos –rojo, verde, azul y amarillo–, otro con cuatro difusores de bola o un tercero con dos nidos de abeja de diferentes diámetros para concentrar la luz. Además, existe la opción de adquirir un paquete completo con el soporte y todos los filtros disponibles.
Conclusiones
Ya nos gustaron los Lume Cube la primera vez que pasaron por nuestras manos, más aún ahora después de comprobar la mayor versatilidad que se consigue con estos filtros. Ligeros, fáciles de usar y efectivos, el sistema completo pesa poco y se transporta sin dificultad; intercambiar los filtros o sumarlos lleva apenas unos segundos y se mantienen intactas las características de resistencia de los cubos.
La comercialización en nuestro país del sistema Lume Cube se realiza a través de Rodolfo Biber. El kit básico de la carcasa más los tres difusores blancos tiene un precio de 77 € y el paquete con los correctores de color, 38 €.