Desde que publicase su primera novela en 1973 bajo el título de «Carrie», Stephen King, el maestro indiscutible del terror novelístico contemporáneo, ha dado lugar a una bibliografía de una extensión tan salvaje como inusitada. Considerando lo prolífico de su carrera —y lo brillante de muchas de sus obras—, no es de extrañar que el autor de Maine haya estado desde el primer momento bajo el punto de mira de estudios y productoras para trasladar su trabajo al medio audiovisual.
Podrían verterse ríos de tinta al repasar la infinidad de adaptaciones cinematográficas y televisivas de los libros y relatos del señor King, y valorar la fidelidad, calidad y aceptación de las mismas. No obstante, cabe remarcar la sensación de polarización que se percibe al dar un vistazo superficial al conjunto de todas ellas. De este modo, el término medio de lo sencillamente aceptable se diluye para encontrar largometrajes tildados de obras maestras dentro de su género —como ‘El resplandor’— y, en contraposición, filmes desechados sin piedad por aficionados y crítica —no creo que sea necesario recordar ‘Alianza Macabra’—.
Por desgracia, ‘La Torre Oscura’, adaptación de la que, probablemente, sea la obra más ambiciosa de su creador, cae tristemente y por méritos propios en el saco de los desastres a pesar de contar, a priori, con todos los ingredientes necesarios para convertirse en un auténtico bombazo. Junto al material original, unos actores de renombre, un realizador con cierta reputación, y un presupuesto nada desdeñable de 60 millones de dólares han terminado al servicio del más absoluto horror en que los reshoots millonarios y los poco halagüeños pases de prueba evocaron el despropósito que ha terminado llegando a nuestras salas comerciales.
Mucha novela para tan poco desarrollo
Apenas han pasado cuatro horas entre que terminase de ver ‘La Torre Oscura’ e iniciase la escritura de esta reseña y, en este corto periodo de tiempo —y pese a los esfuerzos—, me ha sido imposible no olvidar la inmensa mayoría de su poco inspirado y soporífero metraje. Los motivos que originan este problema —uno de los peores a los que se puede enfrentar una cinta de estas características— no son precisamente escasos, y pasan principalmente por la condensación del vasto universo de la saga literaria en poco más de noventa minutos.
Los ocho volúmenes que narran las aventuras de Roland Deschain y moldean el nutrido y complejo mundo en el que se ambientan han sido simplificados hasta extremos indeseables por el director Nikolaj Arcel y el guionista Akiva Goldsman. Esto se ha traducido en un soberano aburrimiento y una falta total de interés frente a la ausencia de un trasfondo que nos ponga en situación, y suscite nuestra empatía hacia los personajes y el supuestamente atractivo entorno que les rodea.
Ejemplificar esto se antoja especialmente sencillo pudiendo referenciar a «El Señor de los Anillos»; reconocida fuente de inspiración para Stephen King a la hora de abordar su magnum opus. Imaginad por un momento que Peter Jackson hubiese decidido condensar la trilogía de Tolkien en un sólo largometraje de hora y media de duración; una vez lo hayáis hecho y visualicéis la debacle que hubiese resultado, habréis sintetizado en un pensamiento la mayor lacra de ‘La Torre Oscura’.
Arcel pretende que, por arte de magia, deglutamos todo lo que nos lanza a la cara sin preguntarnos por un momento quiénes son todos los individuos que pululan por la pantalla o, simplemente, qué narices alberga el interior de la torre de marras para ser un factor clave en la película. Por no conocer, no conocemos ni a la pareja de eternos rivales protagónicos, dibujados como dos clichés andantes y maniqueos que no nos importan lo más mínimo, suscitando constantes miradas furtivas al reloj.
Radiografía del mal blockbuster
‘La Torre Oscura’ se alza como un auténtico desastre estructural y narrativo que adolece todos y cada uno de los males endémicos del —mal— blockbuster contemporáneo. Junto a su insípido y vacuo guión, repleto de lugares comunes vistos una y mil veces en producciones similares, su factura poco inspirada y genérica termina de poner la guinda a un pastel que parece haber sido cocinado sin tener muy clara la receta.
El montaje del filme se revela como una herramienta empleada sin ningún tipo de vergüenza ni intención de ocultar su único propósito de hacer fluir la historia y parchearla para hacerla mínimamente comprensible. El uso y abuso del flashback actúa como una suerte de pegamento para unir de forma insuficiente las gigantescas brechas argumentales, camuflando torpemente el recurso mediante un pretexto dramático irrisorio e insuficiente.
A la zaga van su tratamiento de la imagen, dominado por una paleta de colores genérica y poco inspirada; sus efectos digitales, eficientes pero en absoluto destacables; y un diseño de producción olvidable en el que criaturas, escenarios y demás elementos traicionan por enésima vez el espíritu próximo al Spaghetti Western del material original, sirviendo como enésima excusa que nos invita a aplaudir y agradecer que ‘La Torre Oscura’ sea una experiencia tan breve.
Dos tipos de público, dos tipos de decepciones
Podemos encontrar dos tipologías de público potencial que puede enfrentarse a ‘La Torre Oscura’ y, a pesar de las ganas que pone un Matthew McConaughey que parece estar pasándoselo en grande —además de no enterarse de nada de lo que está haciendo—, es muy probable que ambos sectores del respetable salgan de la proyección con un regusto amargo en el paladar después del visionado.
El primero de ellos lo representa el público neófito y ajeno a la obra de King, que sufrirá las consecuencias de exponerse a un producto genérico y difícilmente comprensible que nos invita a digerir todo lo que nos ofrece sin dar explicación alguna. El segundo, los fans devotos del maestro, se encontrarán con una profanación en toda regla de su adorada saga en la que los guiños al «Kingverso» no serán suficientes como para mantenerles contentos. Seas del tipo de espectador que seas, hazte un favor y huye despavorido de ‘La Torre Oscura’ o, al menos, espera a ver si la futura serie de televisión arregla el desaguisado.
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La noticia
‘La Torre Oscura’, o cómo profanar la obra más ambiciosa de Stephen King en 90 insufribles minutos
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Espinof
por
Víctor López G.
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