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viernes, diciembre 27, 2024
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Wilson

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En principio anunciada por Fox para ser distribuida el 26 de mayo, se adelanta el estreno en cines a hoy, viernes 5, de Wilson (Craig Johnson. 2017). Una deliciosa adaptación de la novela gráfica homónima, escrita y dibujada por el carismático Daniel Clowes, autor referencial del cómic underground norteamericano. Dirige Craig Johnson, y protagoniza un Woody Harrelson en absoluto estado de gracia, casi irreconocible, y en el que sin duda es uno de sus trabajos más sutiles –sólo algo más– de su –a día de hoy– interesantísima carrera.

Wilson (Craig Johnson. 2017)
Cómo indica el eslógan del póster “Él tiene don de gentes” © Twentieth Century Fox Film Corp

Que hay autores de tebeo que influyen en el hacer de ávidos cineastas, y viceversa, lleva siendo verdad –cuando menos– desde los tiempos en los que Orson Welles se derretía en la búsqueda de la imposible luz expresionista de los cómics de Will Eisner, y viceversa, Eisner sacaba en sus viñetas de Spirit a un tal “Oso Welles”. Muchos han sido los artistas del noveno arte que, en teniendo una impronta plástica rotunda, impactante y/o inimitable, poco han tardado en obsesionar a otros artistas plásticos. Y ya no hablamos de Pop Art, ni de ninguna chanza de esas, si no de auténticos universos que trascienden a lo meramente visual, y que son perfectamente reconocibles.

Y, en ese sentido, el trabajo del maestro Daniel Clowes es proverbial. No es ya una cuestión exclusivamente plástica, sino algo mucho más complicado y abstracto. El universo de este historietista que también ha realizado ilustraciones para revistas (The New Yorker, Details, Esquire, Village Art…), carteles de cine –recordarán en que hizo para Happiness de Todd Solondz– y dibujos animados para un videoclip de Los Rarmones, es de los más aterradores que un lector pueda conocer. Porque, dentro de tanto humor, exageración, soledad, desesperanza y, en ocasiones, hasta fantasía, queda un hálito que nos recuerda que todo eso está extraído, siempre, de la vida real. La América de Clowes es la del costumbrismo del american way of life, pero pervertido por sus propios monstruos internos, que convierten la orla universitaria del país en un catálogo de teratomorfos que se han quedado solos, avasallados por sus propios valores; sin irse muy lejos, Daniel Clowes empezó publicando, tanto textos como dibujos, una sección para la revista Cracked titulada The Uggly Family (1985-1989), que sin duda sirve de ejemplo esclarificador de lo que vendría después.

Wilson (Craig Johnson. 2017)
Laura Dern interpretando a Pippi, y Woody Harrelson como Wilson, en una secuencia del filme © Twentieth Century Fox Film Corp

Después este señor no ha hecho más que revolucionar la escena del comic underground sentando cátedra con cada nuevo trabajo. En 1989 aparecía su colección propia Bola Ocho (Eightball), donde desarrollaría, entre relatos autoconclusivos cortos, otros más largos que acabarían publicándose como novelas gráficas posteriormente, consagrándose como obras en sí mismas de reputación y galardón. De Bola Ocho sale la maravillosa serie de Como un guante de seda forjado en hierro (Like A Velvet Glove Cast In Iron), David Boring o la que le valdría su primera nominación al Oscar, cuando adaptó el guión de su Ghost World (Mundo Fantasmal, en algunos países).

Desde luego ha sido Terry Zwigoff (artista multidisciplinar, compañero musical de otro grande del noveno arte, Robert Crumb) quien más ligado a Clowes en sus remedos cinematográficos. Ya adaptó con bastante tino Ghost World (Terry Zwigoff, 2001) con unas jovencísimas Thora Birch y Scarlett Johansson haciendo de las chavalas protagónicas en un guión escrito a cuatro manos entre ambos artistas. Y volvió a las andadas con El arte de estrangular (Art School Confidential. Terry Zwigoff, 2006), ya adaptada enteramente por Clowes, ambas cintas una patada en la boca al mundo del arte, exquisitas e imprescindibles por más razones que las meramente cinematográficas.

Wilson comic book
Portada del comic homónimo en el que se basa la película, publicado por Daniel Clowes en 2010 © Drawn and Quarterly

El caso es que el mundo de Clowes, es bicoca pura para el tono de multitud de cineastas (no sólo Zwigoff o Solondz, sino también Alexander Payne o Jared Hess, por ejemplo), adapten sus relatos o no, y coetáneos todos –será cosa de lo de la Generación X esa–. El polémico cortometraje Howard Cantour.com (Shia LaBeouf, 2012), por el que casi despeñan al actor y “director” Shia LaBeouf, ha sido la única otra historia de Clowes adaptada hasta ésta que nos ocupa.

Wilson es un señor que mi abuela y la de usted tildarían de muy raro. Un divorciado de mediana edad, tan anodino como impredecible. Un abrazafarolas que lo mismo te da la tabarra, que te monta un pollo de padre y muy señor mío. Un filósofo de andar por casa, implacablemente sincero, que se trae un rollo de lo más extraño con su perreta Pepper. El tebeo se compone de historias cortas de este personaje, de una página cada una, poniéndonos en antecedentes sobre la marcha mientras asistimos a acontecimientos diversos en la vida de Wilson, con esa forma tan ágil que Clowes tiene de sugerir siempre una selección de hechos al azar. Y la opción tomada por Mr. Clowes para adaptación a largometraje, se ha basado en el mismo desarrollo que para Ghost World, que escribiera al alimón junto a su director. Esta vez, Clowes adapto solo, pero también elige desarrollar una historia, alargándola con acontecimientos inéditos en el papel para darle estructura narrativa, y trufándola con otras historias cortas originales en su recorrido.

De esta manera, Wilson nos presenta a su torpón protagonista (Woody Harrelson) más solo que la una, siéndose abandonado del todo tras la muerte de su padre. En un brillo aventurero, Wilson se carga de valor -y mucha cara dura- y se propone encontrar a su ex mujer Pippi (Laura Dern) para recuperar su relación. De esta incursión, descubrirá que tiene una hija adolescente, nacida tras la ruptura de su matrimonio y dada en adopción. A Wilson se le mete entonces entre ceja y ceja la peor de las ideas: forzar el reencuentro entre madre e hija como sea.

Wilson (Craig Johnson. 2017)
La película recrea con fidelidad el universo de escepticismo desenfadado de Clowes. En la imagen: la cantante y actriz Isabella Amana, pertrechada en una foto de rodaje por sus padres de ficción Woody Harrelson y Laura Dern © Foto de Wilson Webb/Twentieth Century Fox Film Corporation All Rights Reserved
Wilson, Pepper
Woody Harrelson y Judy Greer, con la perreta Pepper © Twentieth Century Fox Film Corporation

Del maravilloso personaje de Claire, que así se llama la joven adoptada que no aparece en el cómic, no les voy a dar más datos, que ésta es una película de personajes. Pero ojo, mucho ojo a su intérprete, la jovencísima Isabella Amara que a pesar de su corta edad ya es toda una cantante consagrada y una veterana de los escenarios y la pantalla. Si son fagocitadores sarnosos de series, quizá la hayan visto en la quinta temporada de Nashville (Callie Khouri, 2012-) y la veremos en el esperadísimo reboot de Spider-Man: Homecoming (Jon Watts, 2018).

Dirigiendo el cotarro está Craig Johnson, un director de corta pero interesante filmografía. Su debut en el largo tuvo lugar con la nada desdeñable True Adolescents (2009), sin estrenar en España; y no volvió a estrenar filme hasta cinco años después, y fue con una absoluta exquisitez, protagonizada por los torbellinos del SNL Kristen Wiig y Bill Hader, titulada The Skeleton Twins (Craig Johnson, 2014). La verdad, como anillo al dedo. Johnson entronca generacionalmente con Clowes, llegando al personaje en el mejor de sus momentos, y componiendo uno de los retratos de la Norteamérica media, de costumbre ajada y ánimo esparcido por los suelos. Si bien no termina de capturar realmente el punch del tebeo, como sí lo hicieran los filmes de Zwigoff, Craig Johnson recoge el vaivén de la trama con el ritmo que se precisa –aquel que, a años vista, recuerda el American indie de los 90–, pintando una comedia más -que no por ello peor- para esa colección maravillosa de todos estos autores mencionados en el artículo, y ofreciendo un personaje único e intransferible –ya también de Harrelson, claro–.

En Wilson uno pasa de la carcajada estentórea a la lágrima acongojante por corte. De la misma manera que ocurría en el tebeo al pasar página, aunque nos encontráramos ante otro momento de la vida de Wilson. Si tienen a bien escucharle, este caballero tan desagradable les pasmará hasta los límites de la propia verosimilitud. Porque Wilson no es un héroe de ficción, ni un antihéroe –cómo gusta esa palabra ahora– lleno de hamartías y clichés. No es el bueno contra “los malos”, ni el “malo” con buen fondo. Es un ciudadano mediocre, al que odias y del que te apiadas, el tipo desagradable al que, por qué no, terminas dejando que te de la barrila alguna vez, en esa mezcla salvaje de comedia con tragedia que es la vida.

Wilson (Craig Johnson. 2017)
Woody Harrelson es Wilson en Wilson (Craig Johnson. 2017), sin duda uno de los mejores trabajos de su filmografía © Twentieth Century Fox Film Corporation

Aquí les dejo el tráiler que, como ya les comentaba al principio de la reseña, viene con la primera fecha de distribución coronando el enlace, pero no hagan caso, que se estrena hoy.

Sólo tengan la mente abierta para una idea: muchas veces, determinadas palabras como soledad, sarcasmo, desarraigo, escepticismo, indiscreción, misantropía… incluso, ¡qué demonios!, sociopatía, no tienen por qué ser obligatoriamente palabras feas ni malas, tal como nos quieren hacer creer los pacatos y pelmazos. A Daniel Clowes siempre le han dado igual estos últimos pedorros. Y a Wilson, más.



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