Ingresas a la cocina, y te olvidas por qué habías ido en primer lugar. Tratas de repasar el contenido de un examen, pero cuando entras al salón, todo se esfuma en el aire. ¿Qué es lo que falla? ¿Acaso estamos demasiado cansados o distraídos? Si bien esas cosas pueden alterar nuestra memoria de trabajo, un grupo de psicólogos de la Universidad de Notre Dame lo atribuye al llamado «efecto de localización», también conocido como «Efecto de la Puerta». ¿Qué lo dispara? El simple hecho de cruzar umbrales (reales y virtuales), o pasar de un cuarto a otro.
En más de una oportunidad se ha acusado al cerebro humano de ser… perezoso. Ya saben: Ley del menor esfuerzo, ahorro de energía, y un largo etcétera. Algunos ejemplos de ello surgen con las ilusiones ópticas. ¿No podemos interpretar una escena correctamente? El cerebro añade información falsa para llenar los vacíos y ya. Después está su costumbre de olvidar cosas, pero no me refiero a algo que sucedió ayer, sino a un dato que recordábamos bien veinte segundos atrás.
De más está decirlo, existen factores específicos que pueden alterar nuestra memoria (digamos, el alcohol), sin embargo, un grupo de psicólogos en la Universidad de Notre Dame dice que podemos olvidar cosas haciendo algo tan simple como cruzar una puerta. Bienvenido al «efecto de actualización», o como alternativa, «Efecto de la Puerta». Básicamente, lo que sucede es que nuestra «memoria de trabajo», la cual guarda información para su procesamiento, es limitada. Y la mejor manera que tiene nuestro cerebro de lidiar con el contenido, de acuerdo a la «teoría de segmentación de eventos», es dividir todo en pequeñas partes.
Esto crea «modelos de eventos» que son utilizados para predecir ciertas acciones (por ejemplo, si vemos a alguien lavarse las manos, lo más probable es que se las seque apenas termine), pero esos modelos necesitan ser actualizados de forma constante. Ahí es cuando las puertas, los umbrales y las habitaciones sirven como indicadores de cambio. El modelo se actualiza, pero la consecuencia es que perdemos accesibilidad a la información previa. Volver al cuarto anterior para recordar tampoco sirve de mucho, porque eso crea un nuevo modelo que entra en conflicto con el viejo. Lo irónico es que bajo ciertas condiciones, el «Efecto de la Puerta» nos puede ayudar a recordar cosas en vez de olvidarlas…
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