Innegablemente, el éxito de la WWE ha estado ligada a su dueño, Vince McMahon, quien gestó la idea de Wrestlemania pese a que ninguno de sus colaboradores creía en la idea. También ha sido fundamental por romper moldes al tomar un rol protagónico en las historias de su empresa, siendo pieza clave del éxito de la popular era Attitude, marcada innegablemente por su enemistad con Stone Cold Steve Austin.
Pero Vince no siempre estuvo frente a la pantalla interpretando al maquiavélico jefe al que nos encantaba ver cómo su trasero era pateado una y otra vez. Su primera función fue en el rol del comentarista que describe las llaves que se ejecutan en el combate, siendo “la voz de los fans” en contraste a comentaristas villanos como Jesse Ventura, Bobby Heenan o Jerry Lawler.
Aunque hasta 1997 el público no tenía presente el hecho de que McMahon era quien movía las piezas desde el backstage, el viejo Vince fue el responsable de introducir la presentación de la legendaria Areta Franklin en Wrestlemania III. Ese fue su momento más importante en el gran evento, antes de iniciar su performance como “Mr. McMahon“.
El nacimiento de un villano
El origen del personaje de Vince McMahon está ligado a la polémica más importante de la historia de la lucha libre. El denominado Screwjob de Montreal, en donde se le arrebató en pantalla el título máximo a un Bret Hart que desconocía un plan urdido entre Vince, Shawn Michaels, Triple H, Jerry Brisco, Pat Patterson y el árbitro Earl Hebner.
Como McMahon temía que Bret no cumpliese su palabra de entregar su título después de Survivor Series ’97, debido a que ya había firmado para irse a luchar a la WCW, se engañó a Hart haciéndole creer que la lucha terminaría en una descalificación. La idea, según era el plan original, implicaba que posteriormente entregaría el título en un evento que no se realizaría en su natal Canadá. Bret no quería perder el campeonato ante un Shawn Michaels con el que tenía problemas personales.
Pero la lucha no terminó en descalificación, ya que en el momento primordial, en el que Michaels logró poner a Hart en su propia llave, el Sharpshooter, el árbitro Earl Hebner hizo sonar la campana pese a que el Hitman nunca se rindió. Ante la furia de Bret, escupitajo en la cara incluido contra Vince, nació un personaje que en las semanas posteriores tomaría cada vez más protagonismo.
Los inicios de Mr McMahon en Wrestlemania
La primera stunner que recibió Vince fue previo al Screwjob, ya que un lastimado Stone Cold, que se recuperaba de la lesión que le causó Owen Hart, le agradeció la preocupación en pleno Madison Square Garden.
Y una vez que el personaje del “Mr. McMahon” comenzó a ganar fuerza a partir de los sucesos en Montreal, inevitablemente la confrontación lo llevó a enemistarse con la serpiente cascabel, que estaba en ruta hacia obtener el título máximo por primera vez, iniciando el feudo más importante de todos los tiempos en la lucha libre.
La noche después de que Austin ganó su primer título máximo en Wrestlemania XIV ante Shawn Michaels, comenzó a crecer la enemistad contra McMahon que primero usó los servicios de Dude Love, y luego The Undertaker & Kane, para despojar a Stone Cold del campeonato. Toda la historia inevitablemente decantó en el Royal Rumble del año siguiente, que Vince ganó gracias a la intervención del hombre más electrizante.
En Wrestlemania XV, Vince respaldó al campeón corporativo, The Rock, quien no pudo derrotar a Austin. La larga historia de la rivalidad con Austin no se detuvo, sin embargo el McMahon tuvo un 1999 muy movido. No solo su villano grupo, La Corporación, lo llevó a confrontarse ante el Ministerio de la Oscuridad de The Undertaker, sino que ambos equipos se unieron en una oscura alianza que llevó a que Vince fuese revelado como la mente maestra tras un plan que llevó a que Stephanie McMahon fuese secuestrada por The Undertaker.
La historia es larga, pero Stephanie terminó casada en la ficción con Triple H, asumiendo el control de la compañía y sacando del camino a su padre. Todo concluyó en Wrestlemania 2000, con Vince respaldando nuevamente a The Rock, en la pelea de cuatro esquinas en donde cada miembro de la familia McMahon representó a un luchador. Cuento corto: Vince traicionó a Rocky, se unió a Triple H y solo el retorno de Stone Cold posibilitó mermar el poder absoluto de la familia que se mantuvo quebrada. Vince y su hija por un lado, mientras que Shane y su madre estaban por el otro.
Recién Wrestlamania X-Seven marcó el debut de Vince como luchador, enfrentándose a Shane en los albores de la historia que terminó dando pie a la Invasion. Pero esa historia, que ya abordamos en Mouse, no fue lo único relevante que concretó el señor McMahon.
No menos importante es que en ese mismo PPV, Vince también logró aliarse con Stone Cold en uno de los momentos más sorpresivos de la historia del evento, permitiendo que su nemesis volviese hacerse del título esquivo. Austin vendió su alma al diablo de la forma más sorprende de todas.
Los otros combates de Vince en Wrestlemania
Las peleas de “Mr. McMahon” nunca han sido particularmente buenas, sin embargo el corazón puesto en el ring, y la entrega, ha dado pie a un par de luchas que al menos no han quedado reducidas a un mero trámite sin nada que rescatar.
Probablemente la más recordada es la pelea entre Vince y Shane, pero otros combates que han involucrado al dueño también han marcado a otros Wrestlemania.
Por un lado está la pelea callejera que sostuvo ante Hulk Hogan en Wrestlemania 19, un combate que marcó finalmente el enfrentamiento entre la supestrella más importante de los ochentas, el puntal que elevó a la compañía durante los albores de la WWE.
Con ambos teniendo más de 50 años al momento de la lucha, el enfrentamiento es mejor de lo que podría haber sido gracias a una historia bien armada y algunos spots sangrientos que mejoraron los 21 minutos de pelea que debió haber durado probablemente solo 15 minutos.
Wrestlemania 22 representó la mejor performance de Vince sobre un ring en el gran evento y un gran responsable de aquello fue su rival, Shawn Michaels.
En un combate sin barreras, y tras una larga enemistad que también incluyó la participación de Shane, el Chico Rompecorazones logró la victoria tras una pelea que se alargó por 19 minutos y que contó con un par de spots memorables. Y considerando la edad de Vince, la pelea tampoco debía haber sido mejor de lo que terminó siendo.
En Wrestlemania 23 llegó la hora de la denominada Batalla de los Billonarios, en donde Vince fue rapado tras la victoria del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se despidió del evento con todo y Stone Cold Stunner.
Y finalmente, siguiendo la tónica de enfrentarse a grandes rivales en el evento de eventos, Wrestlemania 26 marcó la confrontación final del McMahon ante el rival que gatilló el inicio de su personaje, el gran Bret Hart. Pero no se trató de una pelea propiamente tal debido a los problemas de salud del Hitman, aunque sí sirvió para cerrar el ciclo, pues barrieron el piso con el jefe en 11 minutos de paliza.
Esa historia marcó el fin del protagonista de Vince, que poco a poco comenzó a tener un rol menor en las historias y solo ha hecho apariciones esporádicas en los años posteriores, salvo algunas intervenciones clave para intentar levantar a Roman Reigns como la nueva cara de la empresa.
Pero más allá de sus decisiones sobre el rumbo de las historias, Vince McMahon es por lejos el villano más importante en la historia de la WWE y prueba de ello fue su rol clave asociado a Wrestlemania y su relevancia en varias de las historias más importantes en la época dorada de la compañía.
De hecho, la WWE no sería lo que es sin Vince y no me refiero solo a su rol como chairman, sino que como personaje. El “señor McMahon” es una de las grandes creaciones y bien lo saben los responsables de la WCW, que vieron como su compañía se fue en picada una vez que Vince tomó protagonismo en pantalla en las historias que terminaron elevando a la WWE como la empresa de lucha libre más importante del mundo.
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