Un conocido maestro, de los que escribe en esta web, me comentó una vez que habían conseguido revelar película fotográfica con agua de la bahía de Nueva York. Dicha “revelación” me resultó sorprendente aunque, si lo pensamos bien, no lo es tanto pues nos podríamos imaginar que entre tantos compuestos químicos disueltos en esas aguas alguno, quizá más de uno, podría actuar perfectamente como agente revelador. Los químicos incluyen a los agentes reveladores en el grupo de “compuestos orgánicos aromáticos”, quizá la saturada bahía de Nueva York, así como otros lugares del planeta, sea igual de aromática y orgánica, ¡por qué no!
Más allá de los habituales agentes reveladores tales como la Hidroquinona, la Fenidona o el Metol –por nombrar solo algunos– podemos encontrar una enorme cantidad de compuestos orgánicos que poseen la capacidad de reducir solamente los haluros de plata expuestos dejando libre el resto sin reducir, es decir; de revelar las emulsiones fotográficas. Entre esos compuestos podemos encontrar los argumentos para este artículo, los ácidos fenólicos, comúnmente llamados “fenoles”.
Los compuestos de ácidos fenólicos son muy comunes en la naturaleza, tan comunes que los podemos encontrar, sin ir más lejos, en nuestra orina, ¿alguien se atreve?, desde luego ¡más barato imposible! Terrenos personales aparte, encontraremos fenoles en muchas plantas, frutos, hongos y frutos secos. En definitiva, podemos utilizar como agentes reveladores, por ejemplo, la cerveza, el cacao, el té, el vino, la remolacha, la vainilla y así un largo etcétera de productos de uso cotidiano, ¡ah! y, por supuesto, café. Sí, café más fenol igual a CAFENOL. ¿Os suena?
Un poco de historia
En el año 1995 en el Rochester Institute of Technology (EE.UU.) un profesor de técnica fotográfica, el Dr. Scott A. Williams les propuso a sus alumnos en la clase de química fotográfica buscar reveladores no convencionales basados en productos de uso cotidiano. Entre esos productos, lógicamente, estaban el café y el té, ambos ricos en cafeína y por tanto en polifenoles.
El principal ingrediente había sido hallado, pero un agente revelador necesita estar en un medio alcalino para actuar y el café es altamente ácido. Buscando de nuevo productos de uso cotidiano se decidieron por uno habitual en la química fotográfica: el bicarbonato sódico (baking soda), ¿os suena?, seguramente sí, como anti-ácido estomacal, detergente, dentífrico o incluso como gasificante para levantar un bizcocho, el bicarbonato, preguntádselo a vuestras abuelas, vale para todo.
Alrededor del año 2000 se incorporó otro agente revelador para ayudar al ácido fenólico, acortar el revelado y mejorar el contraste y, como no podía ser de otra manera, debía de nuevo ser de uso cotidiano, se eligió el ácido ascórbico. ¡Exacto!, vitamina C.
Adeptos y adictos
Existe un innumerable ejército de seguidores y adeptos al café, sí, y al cafenol también. Basta con echar un vistazo en internet y encontraremos muchísima información, más o menos veraz y más o menos pertinente. Gracias a un entusiasta grupo de amantes de lo analógico y la experimentación, tales como los integrantes del grupo “Caffenol“, podemos encontrar los procedimientos para revelar cualquier película con diferentes técnicas, no solo con café sino con otros productos. En esta web podemos encontrar un enlace a “The Caffenol Cook-Book“, un auténtico y soberbio recetario de cocina.
Formulación y procedimiento.
La fórmula, o en este caso más bien receta, sería la siguiente:
- 54 g de carbonato sódico (soda)
- 16 g de ácido ascórbico (vitamina C)
- 40 g de café instantáneo
- 1 litro de agua
En esta formulación, comparada con una fórmula “tradicional” de revelado, nos faltaría un agente anti-velo, como puede ser el sulfito sódico que además ayuda a evitar la oxidación y disminuye el grano. Como seguimos con los requisitos de “productos de uso cotidiano” opcionalmente podríamos añadir unos diez gramos de sal de mesa yodada para disminuir el velo, aunque no nos ayudará a disminuir el grano ni a aumentar la conservación, este último punto es de relativa importancia en este procedimiento pues no deberíamos reutilizar la mezcla, lo consideraríamos “a baño perdido”.
Podríamos utilizar café molido normal pero en este caso dependemos de muchas variables tales como la pureza, mezcla o no de torrefacto –azúcar quemada– y nuestra propia concentración a la hora de elaborarlo. El café soluble instantáneo es café liofilizado –que no deshidratado– y sus concentraciones en fenoles suelen estar más controlados. Debemos tener cuidado en no confundirlo con café soluble descafeinado.
La mezcla la realizaremos en dos partes:
- Parte A. Mezclaremos los 54 g de soda con 300 ml de agua.
- Parte B. Mezclaremos los 16 g de vitamina C con los 40 g de café en 700 ml de agua, opcionalmente los 10 g de sal yodada.
Mezclamos las dos partes y revelamos a 20º C durante 15 minutos agitando dos o tres veces cada minuto. Baño de paro y fijado normales.
¿Qué podemos revelar?
Todo. Así de categórica es esta afirmación pues realmente podemos revelar cualquier emulsión fotográfica, ya sea película o papel, con diferentes resultados, todos satisfactorios e incluso sorprendentes.
A lo largo de este artículo mostramos diferentes películas todas ellas reveladas con Cafenol, obteniendo resultados más que satisfactorios en todas ellas.
Prueba comparativa con película FP4 Plus: revelado normal vs Cafenol
Veamos la siguiente prueba en la que hemos elegido la película de Ilford FP4 Plus 125. La hemos revelado con revelador ACU1 según instrucciones y la misma película según la fórmula anterior de Cafenol.
Observando los negativos son evidentes algunos resultados interesantes, tales como el marcado color marrón “café”. Algo lógico pues todos sabemos que el café mancha. Bromas aparte el café ha teñido la gelatina y esta pierde parte de su transparencia. Esto ha influido en todos los valores del negativo y modificado su contraste y densidad.
Esto influiría mucho a la hora de positivar –obligando a utilizar tiempos mucho más prolongados de lo habitual– así como a aumentar el contraste, utilizando seguramente papel de grado 4. Por supuesto, aquí entramos ya en el terreno personal de preferencias visuales.
Con cierta experiencia en laboratorio y menos experiencia en la utilización de programas de edición fotográfica, podemos obtener resultados igualmente satisfactorios en un revelado con Cafenol.
Y a continuación, ¿alguien se atreve a adivinar con qué reveladores están reveladas las siguientes imágenes?
Revelado de papel
Por supuesto, el revelador Cafenol sirve para positivar, siempre y cuando tengamos muy en cuenta que va a teñir de un modo muy evidente no sólo la gelatina sino también la fibra de nuestros papeles fotográficos. El riesgo de manchas en la base del papel es muy alto. Aunque también es cierto que estamos virando y envejeciendo nuestra copia al mismo tiempo que la revelamos en caso de ser ese nuestro objetivo.
Hemos realizado una prueba en con Papel Positivo Directo de Ilford 4×5 pulgadas en la cámara estenopeica Ilford Titan.
Conclusiones
Hace tiempo un fotógrafo y a pesar de ello amigo mío, me preguntó una vez cómo podría hacer un taller de revelado con niños en un país lejano en un continente lejano en donde encontrar productos fotográficos era más que imposible. En aquel momento no supe muy bien qué responderle, hoy la respuesta la tendría muy clara; ¡Pues con café, que seguramente tendrán!
La fotografía analógica está menos esclavizada a imposiciones de mercado e industria que la fotografía digital, siempre en servidumbre de las grandes marcas. La química que la rige, en general, es bastante básica y cualquier persona profana en la materia puede prepararse sus propias emulsiones, reveladores y fijadores. En definitiva, puede ser autónomo en la creación de sus imágenes, algo impensable en el numérico mundo digital.
El revelado con elementos de uso común, como los descritos en este artículo, ratifica aún más esa sensación de libertad. Cualquiera puede conseguir con cierta facilidad vitamina C, soda o café instantáneo.
Si a esa normalidad de los productos añadimos que los resultados son sorprendentes en lo positivo, seguramente quedemos enganchados al café, al té, a la vainilla, al cacao y por supuesto al vino pero eso, amigos, ¡será otra historia!