Desde hace tiempo, el Banco Mundial y la ONU vienen alertando de que el aumento generalizado de las temperaturas malogrará muchos cultivos de trigo y maíz, agravando las hambrunas en el mundo.
Por eso, la yaca (Artocarpus heterophyllus), esa inmensa fruta asiática también conocida como panapén o fruta de pan, está empezando a posicionarse como algo más que un simple y enorme manjar exótico. Es espinosa, de textura fibrosa, y tal vez no tenga muy buena pinta, pero es rica en potasio, calcio y hierro. Además, una sola yaca puede alcanzar los 50 kilos de peso, y por lo tanto proporcionar una gran cantidad de alimento. También constituye una buena opción para las cada vez más numerosas personas que deciden sustituir la carne por alimentos de origen vegetal.