Hace sólo unos días hablábamos de que la Unión Europea quería regular el anonimato del bitcoin dentro de campañas antiterroristas. Esto, además, serviría también como una forma de combatir el cibercrimen, siempre y cuando se conocieran las identidades de los propietarios de las carteras virtuales.
La regulación del bitcoin es un asunto que preocupa a la UE, pero según se ha publicado en DeepDotWeb donde realmente tendrían que establecer un punto de vigilancia es en los movimientos bancarios de quienes sean sospechosos de operar a través de la dark web: los cibercriminales prefieren las transferencias bancarias al pago con bitcoins.
En una entrevista concedida al medio pymnts.com, el especialista en pagos electrónicos Mike Vigue asegura que los métodos de pago tradicionales son las formas de completar transacciones que más aprecian quienes operan en la darknet de forma poco legítima.
¿Por qué? Por basícamente dos motivos: son más anónimos y en distintas campañas pueden dar hasta 100 veces más beneficios que el pago en moneda virtual. En sus propias palabras:
Por ejemplo, una transferencia fraudulenta iniciada a través de un esquema de emails corporativos comprometidos puede dar a un timador hasta 100 veces más ganancias que vender un número de tarjeta de crédito o un historial médico en la dark web. El 73% de las organizaciones experimentaron intentos de fraude de este tipo el año pasado.
Esto supondría que, de haber sido pagados, el grado de beneficio es muy superior al que se obtiene pagando, por ejemplo, el rescate de un sistema informático comprometido en bitcoins.
Los gobiernos intentan demonizar al bitcoin
En esencia, en la darknet se pueden encontrar mercados donde usuarios anónimos venden y compran gran variedad de productos (como por ejemplo, cuentas de Uber). Esto ofrece una cierta libertad a vendedores y consumidores a la hora de adquirir o intercambiar cualquier objeto de su elección. La flexibilidad de este sistema es en ocasiones llevada un paso más allá por ciertos usuarios o criminales que venden mercancía ilegítima en su red.
Durante los últioms años, las agencias de seguridad han estado usando como arma la publicidad negativa contra la dark web, asegurando que es una guarida de criminales y que nada bueno puede salir de ella. Los organismos de control de la Unión Europea también caen en este saco.
Al hacerlo, la mayoría de organizaciones y agencias gubernamentales han conseguido que el público general crea, erróneamente, que el bitcoin es dinero criminal. No sólo esto, sino que las criptomonedas como monero o el propio bitcoin se usan para blanquear dinero negro.
La Unión Europea hizo pública su posición con respecto al bitcoin y otras monedas virtuales en julio de 2016, con la publicación de este documento y con el reciente anuncio de la creación de regulaciones para el bitcoin, concretamente para quienes cuentan con una cartera en propiedad. En el documento que acabamos de mencionar podemos leer lo siguiente:
Las transacciones con monedas virtuales se benefician de un grado de anonimato mayor que las transferencias de fondos financieros clásicas y por tanto conllevan un riesgo de que las monedas virtuales se puedan usar por parte de organizaciones terroristas para ocultar transferencias financieras. Posibles riesgos posteriores tienen que ver con la irreversibilidad de las transacciones, medios de tratar con operaciones fraudulentas, la naturaleza opaca y tecnológicamente compleja de la industria y la falta de salvaguardas regulatorias.
Estas iniciativas llevadas a cabo por agencias con apoyos de gobiernos han ayudado a demonizar el bitcoin. Como cualquier cosa negativa que provenga de Internet suele ser buena para generar alarma social, conseguir audiencias y vender periódicos, los medios generalistas no han hecho sino incidir en la idea.
Vía | DeepDotWeb, pymnts.com
Imagen | stux
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