Los organizadores de Photokina, considerada la feria de fotografía más importante del mundo, han decidido cambiar de planes y cancelar su cita para 2019, para volver a su periodicidad anual en mayo de 2020.
Este –repentino– anuncio llega solo pocas semanas después de concluir Photokina 2018, que se celebró a finales de septiembre en Colonia, como lleva haciendo cada dos años desde 1966.
Para situarnos en contexto, hay que recordar que, el pasado mes de mayo de 2017, los organizadores de Photokina decidieron, por sorpresa de muchos debido a la crisis que atraviesa la industria fotográfica, volver a recuperar la periodicidad anual de la feria, como ya hizo desde sus orígenes, en 1950, hasta 1966.
Sin embargo, este anuncio ya fue recibido con cierto escepticismo por diferentes sectores, a raíz del debate que se ha abierto últimamente en torno a la real utilidad de estas ferias, cuando la mayoría de los fabricantes presentan sus novedades o bien antes de las mismas o bien en eventos propios. Bajo estos preceptos, cabía preguntarse si tenía sentido volver a aumentar la frecuencia de estas ediciones sin subsanar primero estos problemas subyacentes.
Ahora, la organización se ha visto obligada a retrasar sus ediciones anuales al menos hasta 2020. Según esta, esta decisión “pretende dar a todos los participantes la oportunidad de seguir desarrollando el nuevo concepto para la feria“. En nuestra opinión, un eufemismo para reconocer que este “nuevo concepto” de feria no está aún maduro, y que haber celebrado una nueva edición en mayo de 2019, apenas 7 meses después de Photokina 2018, era muy arriesgado.
Más o menos en las mismas líneas se expresa el resto del comunicado oficial, que después de destacar los excelentes resultados de participación obtenidos durante la última edición –180.000 visitantes de 127 países–, reconoce que conseguir unos resultados similares solo 7 meses más tarde parece poco probable, y añade que no se puede pretender que las compañías puedan presentar tantas novedades en tan corto periodo de tiempo.
Dicho de otro modo, la organización de Photokina espera que para la edición de 2020 –que se celebrará entre el 27 y 30 de mayo–, las compañías hayan tenido el tiempo suficiente para innovar, después de lo cual las siguientes ediciones se celebrarían anualmente. No se entiende, sin embargo, cómo no se previó esto con antelación, en el momento de anunciar el cambio a periodicidad anual: la fecha de mayo de 2019 era efectivamente demasiado cercana a Photokina 2018.
Por otro lado, esta nueva estrategia no está exenta de incertidumbre, pues no solo está por ver cómo evolucionan las ferias fotográficas hasta entonces, sino también porque este cambio de calendario –pues, recordemos, ya no se celebrará en septiembre, sino en mayo– acercará Photokina a otras ferias anuales del sector como la CP+ japonesa –que se celebra solo dos meses antes, en marzo–.
Más información en la nota de prensa oficial.