Nikola Tesla es conocido por sus numerosas invenciones en el campo del electromagnetismo. Por haber sido un gran ingeniero, eléctrico y físico. Por ser el responsable, en parte, de que hoy usemos la energía eléctrica como la usamos. Era, en definitiva, un hombre con una visión futurista, adelantada a su tiempo, que supo ir más allá. Y de qué manera lo hizo.
Hace cerca de un siglo, recién estrenado el año 1926, Tesla describió los teléfonos móviles y las emisiones de televisión, entre otras muchos futuros que son realidad hoy en día. Aunque cueste creerlo.
En aquel momento, la televisión daba su primeros pasos. Las primeras experiencias conocidas apenas tenían un año. Pero el visionario de origen serbocroata iba, como muchas décadas más tarde hemos terminado sabiendo, iba un paso por delante. Todo lo contó en una entrevista concedida al periodista John B. Kennedy publicada en enero de 1926.
«Nos veremos y escucharemos»
Hablaba de tecnología inalámbrica e imaginaba las videollamadas, la retransmisión de eventos en directo, la miniaturización de la tecnología… con sorprendente acierto. Aquí el genio en acción:
«Cuando la tecnología inalámbrica se aplica perfectamente, toda la tierra se convertirá en un enorme cerebro, que de hecho lo es, ya que todas las cosas son partículas de un todo real y rítmico. Podremos comunicarnos entre nosotros instantáneamente, independientemente de la distancia. No sólo esto, sino que a través de la televisión y la telefonía nos veremos y escucharemos unos a otros tan perfectamente como si estuviéramos cara a cara, a pesar de las distancias intermedias de miles de kilómetros; y los instrumentos a través de los cuales podremos hacer esto serán increíblemente simples comparados con nuestro teléfono actual. Un hombre podrá llevar uno en el bolsillo de su chaleco.
Podremos presenciar y escuchar los acontecimientos —la toma de posesión de un presidente, el juego de una serie mundial, los estragos de un terremoto o el terror de una batalla— como si estuviéramos presentes.
Tesla, incluso, tuvo en cuenta lo que esta realidad supondría comercialmente. La particular revolución que generarían tales innovaciones. Y continuó aventurando la transmisión inalámbrica de energía, hablando también de transmisión de imágenes.
Cuando la transmisión inalámbrica de energía se haga comercial, el transporte y la transmisión se revolucionarán. Las películas ya han sido transmitidas por radio a corta distancia. Más adelante la distancia será ilimitada, y por más tarde me refiero a dentro de unos pocos años. Las imágenes se transmiten a través de cables; se telegrafiaron con éxito a través del sistema de puntos hace treinta años. Cuando la transmisión inalámbrica de energía se generalice, estos métodos serán tan toscos como la locomotora de vapor en comparación con el tren eléctrico».
Globalización, mujeres y eugenesia
En la misma entrevista, Nikola Tesla dice que seguramente la aplicación más importante de la energía inalámbrica sería «la propulsión de las máquinas voladoras». Aeronaves que no transportarían combustible y estarían libres de cualquier limitación presente en los aviones y dirigibles de su momento, algo que no ha llegado exactamente.
Aunque la globalización que avanzaba sí…
«Viajaremos de Nueva York a Europa en unas horas. Las fronteras internacionales serán borradas en gran medida y se dará un gran paso hacia la unificación y la existencia armoniosa de las diversas razas que habitan el globo. La tecnología inalámbrica no sólo hará posible el suministro de energía a la región, por muy inaccesible que sea, sino que también será eficaz desde el punto de vista político mediante la armonización de los intereses internacionales; creará entendimiento en lugar de diferencias».
Este visionario también fantaseó con la impresión de periódicos en el hogar y vaticinó un despertar de las mujeres, proclamó incluso que un día las mujeres serían superiores a los hombres. Aunque como un movimiento con efectos negativos, según su parecer y las conclusiones que imaginaba.
«la mente femenina ha demostrado una capacidad para todas las adquisiciones y logros mentales de los hombres, y a medida que pasan las generaciones esa capacidad se expandirá; la mujer promedio estará tan bien educada como el hombre promedio, y luego mejor educada, porque las facultades latentes de su cerebro serán estimuladas a una actividad que será más intensa y poderosa debido a los siglos de reposo. La mujer ignorará los precedentes y asustará a la civilización con su progreso.
La adquisición de nuevos campos de trabajo por parte de las mujeres, su gradual usurpación del liderazgo, aburrirá y finalmente disipará las sensibilidades femeninas, ahogará el instinto maternal, para que el matrimonio y la maternidad se vuelvan aborrecibles y la civilización humana se acerque cada vez más a la perfecta civilización de la abeja».
Finalmente, Tesla deja ver sus preferencias sobre la eugenesia, por otro lado comunes en la época. Un lado mucho más sombrío y cuestionable de este exponente intelectual que tanto impacto causó en ciencia y tecnología.
«Cuando consideramos cómo el instinto humano para la perpetuación de la raza domina la vida en sus manifestaciones normales, exageradas y perversas, hay una justicia irónica en la posibilidad de que este instinto, con el continuo avance intelectual de la mujer, pueda finalmente expresarse a la manera de la abeja, aunque se tardará siglos en derribar los hábitos y las costumbres de los pueblos que obstaculizan tal civilización simple y científicamente ordenada.
Hemos visto un comienzo de esto en los Estados Unidos. En Wisconsin, la ley exige la esterilización de los criminales confirmados y el examen prenupcial de los varones, mientras que la doctrina de la eugenesia se predica ahora con audacia, donde hace unas décadas su defensa era un hecho punible».
Vía | Paleofuture
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La noticia
Cuando Tesla predijo la existencia de los teléfonos móviles y las emisiones de televisión… en 1926
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Toni Castillo
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