El Cortex-A76AE será su primer procesador dedicado a la seguridad de vehículos autónomos.
Los vehículos autónomos dejaron de ser un pensamiento asociado con el futuro y en la época actual han tomado relevancia gracias a los grandes avances tecnológicos logrados en el sector. Cada vez son más compañías dedicando inversiones económicas importantes para el desarrollo de coches autónomos o sistemas de conducción asistida.
Lo más destacado es que no sólo se han involucrados las empresas automotrices. También las compañías tecnológicas quieren llevarse una parte del mercado. La última que ha confirmado su entrada en el sector es ARM, el gigante británico de los procesadores. Este miércoles confirmaron que se encuentran trabajando en un chip que tendrá tareas relacionadas con la seguridad de coches autónomos.
Su nueva línea de productos lleva por nombre Automotive Enhanced. En un principio sólo contarán con un chip disponible, el Cortex-A76AE, dedicado a prevenir colisiones en vehículos autónomos. El objetivo de ARM es que varios autos ya puedan incorporar este procesador en 2020, y para su fortuna no estarán solos en este camino. Nvidia, NXP, Renesas, Harman (Samsung) y Mentor (Siemens) son algunos de sus socios que se han comprometido en trabajar con productos similares, adoptando las tecnologías de la propia ARM.
El Cortex-A76AE alcanza los 7 nanómetros e incorpora la tecnología SoC, la cual se destaca por su eficiencia energética, consumiendo apenas una docena de vatios en lugar de los kilovatios que se consumen en los procesadores actuales de vehículos autónomos, incluyendo sus prototipos.
La compañía británica sabe que los compradores de estos vehículos buscan experiencias de conducción segura, por ello su enfoque inicial está en ofrecer procesadores dedicados a la seguridad. Según mencionan, también tienen planeado lanzar soluciones para controlar los frenos y la dirección de los automóviles, todo en un mismo procesador que cumpla con las certificaciones más altas de seguridad.
Su visión no queda ahí. ARM también se ha mostrado interesada en las experiencias de entretenimiento a bordo de un vehículo autónomo. Por ello su tecnología estará preparada para que los fabricantes de automóviles puedan crear todo tipo de aplicaciones multimedia, siempre aprovechando las capacidades técnicas de sus chips.
ARM ya tienes varios años de experiencia en el apartado de entretenimiento, pues su tecnología es usada hasta en el 85% de los vehículos que incorporan algún tipo de sistema para entretener a los conductores, sin mencionar que están presentes en la gran mayoría de dispositivos móviles. Por ello no resultará demasiado complicado crear su propio procesador para gestionar ese tipo de tareas.
La compañía británica tendrá competencia desde territorio estadounidense. Intel también tiene planeado lanzar sus propios procesadores para vehículos autónomos en 2020. El año anterior concretaron la adquisición de Mobileye, un software capaz de detectar colisiones. Será interesante ver cómo estos dos gigantes se ven las caras nuevamente, ahora en el mercado de la conducción autónoma.