Ser fan de una marca puede ser agotador a veces, en especial cuando su esperada cámara full frame te decepciona y te hace sentir que has hecho una fila muy larga para que cierren la atracción al llegar a ella. El lanzamiento de la Canon EOS R no fué lo que imaginaba como seguidor.
Fanboy canonista
Sin duda alguna mi paso de la fotografía analógica a la digital se complemento al haber utilizado una Canon. En su momento las principales eran esta marca y Nikon; pero fué la comodidad y lo intuitivo del menú de la Canon EOS Rebel XS, mi primera digital, lo que me llevó a irme por esta marca.
Desde entonces, mi mente ya estaba enfocada en que mi evolución en el camino fotográfico sería por el mundo Canon.
Sin embargo, lo que yo estudié y a lo que me dedicaba principalmente era el cine y el vídeo. Por lo que mi segunda cámara tenía que estar pensada para ello. Lo que me llevó por una Canon 7D. El recorte de la APS-C no era grave y, en su momento, creí que la usaría muy poco para hacer cortos propios. Terminó siendo mi acompañante desde entonces y referencia para determinar qué tipo de imagen me gusta.
Pero ella ya está vieja y cerca de su muerte profesional. Por lo que llevaba varios meses pensando en el cambio de cámara. Este año era clave para eso, pues quería saber si Canon sacaría una propuesta interesante que me llevara al mundo de cámaras sin espejo. Pero no.
La caída
El único factor favorable de las cámaras mirrorless es que pesan menos. El visor electrónico termina dañando los ojos ( y mucho), son menos resistentes a condiciones climáticas difíciles y sus baterías se agotan muy rápido. Así que lo único que esperaba de Canon era que dijeran cómo iban a competir en el mercado mirrorless.
Pero parece que no lo harán. La Canon EOS R es una 5D Mk IV puesta a dieta, que perdió sus atributos. El vídeo tiene un factor de recorte de casi 2X. Con las actualizaciones de firmware que lleguen en varios años tal vez lo acercarán al 1,3 X de la 5D MK IV. Pero de entrada, las especificaciones de vídeo la hacen estar por debajo de la DSLR Full Frame.
En fotografía mantiene la misma cantidad de megapíxeles. En lo único que le compite a Sony es que es 400 euros más barata. Y que el adaptador a objetivos EF es un poco más económico también para Canon.
Y sin embargo soy demasiado fanboy de Canon para dejar la marca así como así. Esta supuesta guerra de cámaras sin espejo resultó siendo una pérdida de tiempo, que se resume en conseguir una Fuji X-T3 que acaba de salir (para foto) o una Panasonic GH5 (los de vídeo) si no les importa tener un sensor APS-C o Micro 4/3 y vayan a Sony si la prioridad es Full Frame.
Pero, si sois seguidores de vuestras marcas favoritas, nikoneros y canonistas, sigamos juntos en el mundo DSLR.
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La noticia
El lanzamiento de la EOS R fue un golpe duro para mi corazón canonista
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Xataka Foto
por
Sergio Fabara
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