Londres – A las pocas horas de su presentación mundial, ya hemos podido realizar una primera prueba de la nueva cámara mirrorless de “formato completo” de Canon, la EOS R, acompañada del zoom RF 24-105 mm f/4L IS USM y el luminoso RF 50 mm f/1,2L USM.
Estos son los dos primeros objetivos que estarán disponibles en el mercado de los cuatro anunciados junto la EOS R, y que deberían llegar durante el próximo mes de octubre. Los otros dos objetivos, el RF 35 mm f/1,8 IS STM y el imponente zoom RF 28-70 mm f/2L USM deberían llegar en diciembre, aunque ya hemos podido ver y tocar los primeros prototipos disponibles.
Recordemos también que Canon ha lanzado también un adaptador EF-EOS R que permite usar el enorme elenco de óptica EF diseñadas para las cámaras réflex de la firma japonesa.
Este adaptador se presenta, además, acompañado de tres variantes, uno estándar, uno con anillo de control incorporado –para ofrecer la misma funcionalidad que las ópticas RF nativas, que ya llevan integrado este anillo en la parte frontal de su barrilete– y uno con portafiltros.
Diseño y manejo
La ergonomía general de la cámara es muy favorable, encaja perfectamente en la mano aportando una sensación de solidez convincente. El nivel de acabado y los materiales escogidos denotan la apuesta de la marca con esta nueva familia profesional. Destaca su amplio grip de generosas dimensiones, que garantiza un buen agarre y manejo.
Nos ha sorprendido gratamente la alta capacidad de personalización de la botonería superior, los diales y la nueva barra de control multifunción. Esta última representa en sí misma un cambio en la manera habitual de controlar una cámara. Quizás nos falten horas de rodaje para acostumbrarnos al sistema, no obstante lo cierto es que se nos ha hecho raro manejar ese elemento deslizando el dedo como si de un slider en una pantalla táctil se tratara. En cuanto al visor electrónico, nos ha parecido que estaba a la altura de los otros EVF de alta gama que ya hemos probado.
En el apartado de personalización no podemos olvidar el anillo de control multifunción que incorporan todas las nuevas ópticas Canon RF. El tacto y mecanizado de ese anillo es excelente, la precisión de este dependerá del tipo de ajuste que allí queramos derivar. Por omisión, se propone el control del diafragma mediante una simple combinación de teclas, operando por tercios de punto, matiz que, en el futuro, con otras ópticas RF previstas, podrá llegar a ser aún más preciso.
A excepción del Canon RF 35 mm f/1,8 Macro IS STM, el más pequeño y liviano de todo el elenco óptico presentado, el resto ópticas nos han parecido de un tamaño superlativo –en el caso del Canon RF 50 mm f/1,2L USM– o directamente excesivo –con el Canon RF 28-70 mm f/2L USM– rozando casi la incoherencia entre la ventaja buscada de un cuerpo sin espejo y una óptica de ingentes dimensiones.
Por supuesto las leyes ópticas mandan, cualquier objetivo de alta luminosidad –f/1,2 o f/2 en los casos que nos ocupan– implica un importante reto para un sistema de “formato completo” (24x36mm) que suele resolverse a golpe de número de lentes, de mayor tamaño, peso, complejidad o precio… en una meditada ecuación de todos esos componentes.
Entendemos que quizás era necesario cubrir ese escenario con una óptica totalmente inédita hasta la fecha tal como el Canon RF 28-70 mm f/2L USM para marcar un estatus e inaugurar el sistema bajo la estela de un hito técnico; lástima que el conjunto cuerpo de cámara y óptica quede tan desproporcionado que cuestione su verdadera utilidad.
Hubiera sido a nuestro juicio más interesante sacrificar levemente esa luminosidad en pos de un peso y volumen acorde con el cuerpo de cámara, más aún cuando este equipo resuelve sin problemas tomas realizadas con valores ISO muy elevados –como veremos en la sección de muestras– pudiendo quedar el conjunto más razonable con una óptica f/2,8 constante, por ejemplo.
Durante el corto tiempo de convivencia, la respuesta general del equipo fue satisfactoria. El AF parece enganchar bien incluso hasta el lugares más recónditos y oscuros, no nos parece el más rápido del mercado en su categoría tal y como reza la nota de prensa oficial –pensamos en la tercera generación de las Sony α7–, pero desde luego es un AF veloz y preciso.
Idéntica situación nos encontramos con las ráfagas, donde sus 8 fps con AF fijo y 5 fps con AF por seguimiento no deslumbran a día de hoy respecto a otros competidores, aunque son más que suficientes para desarrollar una secuencia de imágenes en acción tal como el barrido que proponemos a modo de ejemplo.
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Muestras y calidad de imagen
A continuación, mostramos unas cuantas tomas a resolución nativa realizadas con las Canon EOS R en combinación con los objetivos RF 50 mm f/1,2L USM y RF 24-105 mm f/4L IS USM.
El objetivo propuesto como kit para esta nueva EOS R es el Canon RF 24-105 mm f/4L IS USM, versión del famoso zoom EF de igual rango focal que tantas veces hemos visto acoplado a una réflex de la compañía. Parece que no se conformaron solo con copiar sus focales, dado que esta nueva óptica RF desarrolla mucha más nitidez y menor caída de calidad en las esquinas que su compañero EF.
La combinación con el Canon RF 50 mm f/1,2L USM fue una de nuestras preferidas; imágenes con focos selectivos extremos, un suave bokeh y una resolución a prueba de escépticos. Otra referencia que nace en el sistema R en relación directa a su equivalente de la serie L para la familia réflex.
Puestos a seguir con las pruebas de ópticas, qué mejor que probar el objetivo de retrato por excelencia dentro del catálogo de gama alta, serie L, el Canon EF 85mm f/1.2L II USM gracias al adaptador EF-EOS R.
La nitidez propia de esta famosa óptica sigue cumpliendo su trabajo, una lástima que el AF, adaptador mediante, no fuera tan rápido de operar como de manera nativa.
Como era de esperar, esta nueva EOS R hereda los buenos resultados de señal/ruido a nivel de sensor y procesador de la familia réflex –equivalente a la Canon EOS 5D Mark IV–. Texturas legibles a valores ISO elevados, poca merma de la latitud nativa y mucha resistencia a mostrar tramas de ruido electrónico, en conjunto podemos valorar ese apartado como excelente.
Conclusiones
Con el paulatino crecimiento de las cámaras sin espejo de “formato completo” de la mano de Sony, las expectativas generadas para las apuestas por parte de Nikon y Canon eran altas. Ambas han apostado por una nueva montura de generosas dimensiones, para diseñar ópticas que nos recuerdan al principio del “telecentrismo” propuesto en su momento por Olympus para su sistema Micro Cuatro Tercios.
Pero Canon parece haber dado un paso más, al proponer en su nuevo sistema EOS R un conjunto de características que no se limitan a copiar lo que se hacían con las réflex. Por un lado, ha conseguido ofrecer un cuerpo con una buena ergonomía general, un excelente acabado y sensación de robustez, que incorpora un alto grado de personalización y una novedosa barra de control multifunción con un funcionamiento –tipo slider– acorde a la tecnología táctil actual derivada de los smartphones.
Asimismo, tampoco se han contentado en reproducir las mismas referencias en cuanto a ópticas se refiere, y proponer –ya de salida– algunos objetivos muy luminosos, así como un más que interesante anillo multifunción, otra novedad propia de su nuevo sistema mirrorless. Un fuerte comienzo, quizá demasiado, pues se imponen unos tamaños y precios en esta nueva serie RF L que pueden ser difíciles de digerir para muchos usuarios.
Sin embargo, nos alegra ver finalmente como hasta las marcas más estáticas y tradicionales convergen hacia sistemas sin espejo profesionales, sean bajo el formato de sensor que sea. Queda por ver, claro está, como resuelve el primer equipo sin espejo profesional de Canon la difícil tarea de abrir mercado sin canibalizar sus propias series de réflex profesional.