Todos los años, poco después del 10 de agosto, el cielo llora por San Lorenzo. Metafóricamente, claro. Lo que la cultura popular relacionaba con el martirio del santo es, en realidad, el efecto de la Tierra barriendo enormes regiones del espacio a 30 kilómetros por segundo.
Durante los próximos días, el planeta se internará en la enorme nube de polvo y esquirlas que el cometa 109P/Swift-Tuttle deja tras de sí en su extraña órbita alrededor del Sol. Otro año más, esas partículas de polvo atravesando la atmósfera a más de 210.000 kilómetro por hora formarán uno de los espectáculos más hermosos del verano: las perseidas, la lluvia de estrellas más importante del en el Hemisferio norte.
«Assum est, inquit, versa et manduca»
O lo que es lo mismo: «Ya estoy asado, parece; otra vuelta y a comer». Eso es lo que, según reza la tradición, les dijo San Lorenzo a sus torturadores mientras estos lo quemaban vivo en una parrilla. En honor a ese retorcido sentido del humor, muchos lugares del mundo siguen llamando a las Perseidas así, ‘Lágrimas de San Lorenzo’. Poco importa el nombre, cuando estamos ante una de las mejores oportunidades para ver, fotografiar y disfrutar del una de las noches más mágicas del año.
Este 2018, el pico de actividad será las noches del 11 al 12 y del 12 al 13 de agosto. Si las condiciones meteorológicas nos acompañan podremos ver unas 70 estrellas fugaces a la hora. Mucho mejor que las 50 del año pasado aunque palidecen antes las 160 de hace dos años.
El reguero de material que deja el cometa 109P/Swift-Tuttle cada 133 años es enorme y, realmente, se puede disfrutar de las Perseidas en el cielo desde mediados de julio hasta finales de agosto. No obstante, el momento fuerte de la lluvia será la noche del 12 al 13 en torno a las dos o las tres de la madrugada.
¿Dónde? En cualquier lugar lejos de la contaminación lumínica ¿Hacia dónde miramos? En principio, estas estrellas fugaces parecen venir de la constelación de Perseo, pero, en realidad, no hay que obsesionarse con eso: hay muchas y no será difícil verlas ¿Cómo? A simple vista, no hace falta más.
Las Perseidas son un buen momento para animarse a volver a ser astrónomos amateurs: No hay que olvidar que, en el fondo, las perseidas no dejan de ser una excusa perfecta para salir al campo, lejos de la contaminación lumínica y reencontrarnos con la noche, la Luna y las estrellas.
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Perseidas 2018: dónde, cómo y cuándo disfrutar de la lluvia de estrellas más espectacular del año
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Xataka
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Javier Jiménez
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