El Gran Cañón, la célebre y escarpada garganta abierta por el río Colorado en el estado de Arizona, es el parque estadounidense por antonomasia: lo que ocurre en él podría repercutir en todo el sistema de parques del país.
Hasta el momento ha sobrevivido estoicamente a múltiples presiones de sectores como la ganadería, la industria maderera y la minería, así como a un proyecto federal de represamiento del río. Entre sus amenazas actuales destacan la urbanización del South Rim -el límite meridional del parque- y un tranvía que transportaría a 10.000 visitantes diarios hasta el fondo del cañón.