Es posible que el mejor resumen que se pueda leer de lo que dio de sí la presencia de Mark Zuckerberg, el CEO de Facebook, ante una de las comisiones del Senado estadounidense (cinco horas de intervención que empezaron con una avalancha de fotógrafos captando a Zuckerberg y se desarrollaron con una serie de preguntas y respuestas) sean las listas de memes que los medios han empezado a recolectar. Por supuesto, no es nada complicado encontrarlas. Twitter – como se suele decir en estas ocasiones – echaba humo mientras el directivo intervenía en la comisión. Los memes hacen un resumen perfecto de lo que fue: Zuckerberg llegó serio, pero manteniendo cierto aire de no haber roto un plato, mientras luego le hacían preguntas personas que no eran expertas en lo que estaban comentando.
Tras unos cuantos días de entrevistas y declaraciones de la COO de Facebook, Sheryl Sandberg, para cortar daños y recuperar imagen, Facebook ha por fin mandado a uno de sus directivos – el directivo clave, al fin y al cabo – a responder a las peticiones de administraciones públicas de información sobre lo que ha ocurrido. Mark Zuckerberg se ha sentado – en la primera de la que serán dos intervenciones – en la noche de ayer (en términos de hora española) ante una de las comisiones del Senado estadounidense y ha dado por fin las declaraciones que todo el mundo estaba esperando, o más o menos en esa línea.
Como apuntan los análisis de los medios tras la intervención, no todo ha quedado claro y, por otra parte, tampoco ha quedado claro que vayan a cambiar las cosas en el futuro. El subtítulo con el que The Wall Street Journal recogía lo que había pasado no podía ser más claro: Zuckerberg ha estado ante los senadores, pero no ha hecho promesas de cambio radical.
Y eso que Zuckerberg dio una de esas declaraciones que sirven para grandes titulares. «Fue mi error y lo siento», apuntó. «No hicimos suficiente», fue otra de sus declaraciones. Zuckerberg también insistió que en el caso de Cambridge Analytica consideraban que era un «caso cerrado». Con el paso del tiempo pueden concluir que fue «claramente un error».
Facebook ha dejado claro (y no parece una cuestión al azar sino más bien una declaración con muchas intenciones) que ellos no sienten que sean un monopolio. «Ciertamente no me lo parece», señalaba el directivo ante las preguntas de los miembros de la comisión. De paso, también han acabado con algunas leyendas urbanas sobre cómo operan. Uno de los miembros le preguntó si espiaban conversaciones a través del teléfono para poder hacer publicidad más eficiente. El directivo dijo que no.
Por otra parte, Facebook también se ha asentado en el poder que podrá tener la inteligencia artificial en el futuro, como herramienta que le ayudará a solucionar sus problemas.
El Facebook de pago no hay que desecharlo
Fue una de las grandes declaraciones de Sheryl Sandberg en una de las muchas entrevistas que ha hecho. Si los consumidores no quieren que se compartan sus datos, entonces deberían pagar por el servicio, ya que el uso de datos para publicidad es la manera en la que se sostiene, indicaba. Tras sus declaraciones se dijo que esto no implicaba que Facebook fuese a lanzar un Facebook de pago. Sin embargo, las respuestas de Zuckerberg abren la puerta a ello. No dijo que fuese a ocurrir, pero sí que era algo que valía la pena pensar y que siempre iba a haber una versión gratis (pero sugiriendo que otra opción podría ser posible).
El caso Rusia es más grave de lo que parece
Otro de los temas que se sacó sobre la mesa – algo bastante esperable teniendo en cuenta dónde estaba – fue el de la interferencia rusa. El tema era, de hecho, uno de los esperados de la intervención. De hecho, una activista intentó incluso asistir a la misma vestida de troll ruso.
El directivo insistió en que el papel de los rusos en la difusión de información (la trama rusa) es una cuestión de alcance amplio, una suerte de nuevo formato de ataque internacional. «La naturaleza de estos ataques es que hay gente en Rusia cuyo trabajo es intentar explotar nuestros sistemas y otros sistemas de Internet, así que esto es una carrera de armamento, debemos invertir en mejorar en esto», explicaba.
Una perfecta puesta en escena
Y quizás uno de los elementos que deberían quedar como conclusión de todo esto es que Facebook ha hecho una bastante perfecta puesta en escena a la hora de acudir al Senado. No hay más que pensar – volviendo al principio – en los memes y tuits que cubrían con ironía lo que estaba ocurriendo. Muchos de ellos acababan centrándose en esa imagen de Zuckerberg de aparente calma. Al mismo tiempo (y solo hay que mirar los ojos ligeramente enrojecidos que se aprecian en las fotos), el directivo tiene un cierto aire de sufrimiento. Es un ‘sí, lo he hecho mal’ pero ‘yo también soy una víctima de esto’. La suma de las dos imágenes es un arma muy poderosa a la hora de generar una cierta empatía y salir un tanto airoso de la situación.
Y, por supuesto, no es algo que venga de la nada. De entrada, Mark Zuckerberg hizo algo a lo que no nos tiene acostumbrados. Se puso un traje y dejó de lado su uniforme de sudadera y pantalones. Pero, además, el directivo lleva trabajando las últimas semanas para cambiar la imagen que ofrece al mundo. Quería dejar de parecer una persona secreta, desafiante, y parecer arrepentido y abierto a las preguntas.
Para ello, contrató a un equipo de expertos que trabajaron en inyectarle ‘encanto y humildad’, como explican en el artículo de The New York Times en el que desvelan este movimiento. A eso suma el equipo de abogados que ha fichado y el de consultores que lo prepararon para ello. Y, como si fuera el protagonista de algún capítulo de la finalizada The Good Wife, Zuckerberg protagonizó versiones de prueba de la intervención en la que los consultores y su equipo de comunicación lo ponían contra las cuerdas para prepararlo.