La constancia no lo es todo para ASUS en cuestión de smartphones, producto con el que no sigue un calendario tan tradicional y costumbrista como otras marcas. La sorpresa esta vez ha sido ver relativamente pronto una nueva edición de ZenFones, y nosotros hemos tenido la oportunidad de realizar una toma de contacto con el ZenFone 5 y el ZenFone 5 Lite.
Las características las hemos visto en la presentación: dos móviles de media gama en los que no faltan las dobles cámaras y con la inclusión de la inteligencia artificial, aunque con unos matices propios (y familiares). Frontales muy despejados para ambos, pero sólo el ZenFone 5 tiene algo que nos es muy familiar: la muesca en el frontal (o notch), como apuntaron las filtraciones.
La originalidad no lo es todo
La propuesta de ASUS en diseño no es innovadora hablando de la industria, pero supone cambios estéticos con respecto a lo visto anteriormente en la marca. Como decíamos, ambos terminales tienen un frontal monopolizado por la pantalla, con paneles en 18:9 para los dos casos, que no sólo superan el 80% en cuanto al porcentaje de aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla, sino que según la marca el ZenFone 5 llega al 90%.
Esto lo situaría por encima del 82,9% del iPhone X, smartphone cuyo frontal clona el mayor de los hermanos ZenFone 5. Una decisión estética (no hay aquí ningún hardware especial como el FaceID) como la del Essential Phone, teléfono que la marca menciona al explicar que asumen sin problemas que a esto no han llegado primeros ni lo consideran un alarde de originalidad, sino todo lo contrario: esto nos gusta, lo hacemos.
Así, la versión Lite no tiene este diseño, con un marco de esquinas curvas para la pantalla, a juego con los bordes en semicírculo que unen trasera y frontal. Trasera de cristal que peca de lo que este reluciente material peca siempre: se llena de huellas muy fácilmente.
De esto, no obstante, no se salva tampoco la trasera del ASUS ZenFone 5; el acabado de estos teléfonos es bonito, sobrio en los colores oscuros (azul y negro) y atractivo en los claros (rojo y plata), pero las huellas se cargan el trabajo hecho en crear un tope de gama elegante y adaptado a los tiempos en cuanto a estética.
La parte trasera, por cierto, es una de las diferencias de los teléfonos por la orientación de la doble cámara, que en ambos casos sobresale. En el ZenFone 5 está en un lateral, mientras que en el Lite está céntrica, pero en ambos casos el lector de huellas queda en esta parte también, y nada de ocupar el frontal con él como si hemos visto en teléfonos de la casa anteriormente.
Buen trabajo de compactación, tanto a nivel de lo vertical y horizontal en los marcos como por el grosor, porque sin destacar por delgadez no son gruesos, ni mucho menos. Son terminales grandes, aunque las curvas y los materiales contribuyen a que ambos sean cómodos en mano, pero el que se nota especialmente ligero es el ZenFone 5.
El procesador y la RAM, matizando lo que implica el apellido «Lite»
El apellido «Lite» implica una experiencia bastante distinta en general, mucho más allá de que la estética del frontal sea de una manera u otra. El procesador y la RAM ya determinan que aquellos que busquen algo más potente y fluido deberán contemplar solamente el ZenFone 5 y su Snapdragon 636, dado que junto a los 4 ó 6 GB de RAM (hay dos versiones) son el empujón definitivo para acabar creando esas dos experiencias tan distintas.
En primer lugar vemos diferencias de software: el ZenFone 5 viene con Oreo mientras que el ZenFone 5 Lite viene con Android 7.1.1. Esto podremos notarlo por las diferencias en las características de ambas versiones, pero lo que depende del conjunto entero de hardware y software es la fluidez, la cual es mucho mayor en el ZenFone 5.
Cabe añadir que el software de estos terminales aún es una versión de prueba y peca de inestabilidad, pero la apertura de apps, de menús, de multitarea o las transiciones en general ocurren con una rapidez notoria en el 5 mientras que en el Lite notamos que todo esto se arrastra un poco más. ¿Puede ser que ZenUI esté detrás de esto? No puede descartarse, es una capa invasiva que disfraza Android totalmente y esto sigue igual en 2018, pero esto suele ser consecuencia de problemas a varios niveles (entre ellos la inmadurez del software).
De hecho, algo que han actualizado es, precisamente, evitar duplicar ciertas apps con una propia, concretamente el navegador, el cliente de correo, el teclado y la app para mensajes. Minipunto para ASUS ahí, y nada de bloatware.
Entre las apps propias, por cierto, está Asus BeautyLife, una app que permite aplicar efectos de «belleza» en directo en Facebook, YouTube, etc. y que ya habíamos visto. Pero la recordamos para hilar con lo siguiente: la vanidad según ASUS en las apps de cámara.
Cuatro ojos ven más que dos, otra vez
Si la demanda es doble cámara, dos tazas, pero esta vez gana el pequeño. El reparto de sensores y lentes tampoco hace justicia en ASUS, como vimos en Apple con los iPhones 7 y 8 y como hemos visto en los Samsung Galaxy S9 y 9+, pero en esta ocasión es el menor el que se lleva el mayor número de cámaras con dos al frente y dos en la parte trasera.
La opción elegida: ya lo vimos el año pasado con los ZenFone 4 que la llevaban, la de combinar una lente normal (20 megapíxeles delante y 16 megapíxeles detrás) y una gran angular (120 grados). Es decir, lo que nos facilita es obtener fotos estándar o bien panorámicas. Y ahí acaba la doble lente.
¿Y el modo retrato? Los taiwaneses no iban a ser menos y lo incorporan en la cámara frontal y en la trasera (en los dos teléfonos), pero se trata del desenfoque exagerado que la lente crea por software una vez identifica y delimita el sujeto. De hecho, sólo hemos podido aplicarlo cuando lo hemos probado con la frontal, por lo que probablemente intervenga esa supuesta «inteligencia artificial» limitando el «bokeh» a cuando se enfoca a una persona.
El resultado es mediocre. A falta de probarlo en condiciones más favorables de luz (y también con personas en la cámara trasera), el recorte es basto y nada natural, sobre todo si hablamos del pelo (ese grandísimo enemigo para el desenfoque forzado por software).
Pero no nos distraigamos: ¿qué pasa aquí con la inteligencia artificial? ASUS la ha dejado para el mayor, el ZenFone 5, debido en primer lugar a que es el Snapdragon 636 el que la soporta.
Lo que nos dicen es que la doble cámara es «capaz de adaptarse y aprender», hablando de «AI Scene Detection» y «AI Photo Learning», o lo que es lo mismo: reconocimiento de escenas y añadir saturación o cambiar el balance de blancos según lo que se fotografía en la práctica.
En las pruebas que hemos hecho (muy limitadas por tiempo y espacio, como siempre ocurre con estas demostraciones) hemos probado algunos de los distintos modos que permite la app (auto, con y sin HDR, manual, retrato), que sigue siendo completa e intuitiva. Si bien es cierto que había un reconocimiento y acertaba, esto es algo que ya estamos cansados de ver (aplicado de otro modo) en Sony, o que también nos presentaba Huawei con una ejecución muy similar en el Mate 10, pero las fotografías salían con un procesado similar fuese o no un alimento en una misma escena e iluminación.
Dejando a un lado la supuesta inteligencia (y esperando ponerla a prueba a fondo), las cámaras del ZenFone 5 logran algo más de detalle y realismo en los colores que las del ZenFone 5 Lite. La app funciona también bastante más fluida en el 5, pero el desempeño en el modo manual, el bloqueo del enfoque y otras maniobras es similar en ambos terminales.
Poca diferencia al usar el HDR en la situación de interiores en la que hemos probado, y buenas sensaciones con el modo Pro (manual) por lo completo que resulta y la independencia de ajuste entre los parámetros. La cámara del ZenFone 5 permite bajar, eso sí, a ISO 25 mientras que el Lite queda en 100, que tampoco está nada mal.
Las cámaras frontales están repletísimas de ajustes de belleza. No sólo disponemos de los comandos para aspectos concretos como los ojos, los labios o la piel en el modo de belleza, sino que en el modo automático puede añadirse ya un toque y además tenemos esta app que comentábamos antes.
La doble cámara frontal del Lite, como decíamos, no proporciona otra cosa que un gran angular para fotos grupales con esta cámara. La calidad recurriendo al modo automático es bastante alta en condiciones relativamente exigentes, así que dejando a un lado la mala ejecución del modo retrato promete unas autofotos más que decentes, sean de uno o de grupo.
Pantallas dominando el frontal para todos los públicos
Independientemente de qué forma tengan los frontales, hay bastante diferencia entre un panel y otro. El brillo máximo del Lite es bastante bajo (no tenemos el dato numérico), de hecho poniendo uno al lado del otro parece que el Lite esté atenuándolo por haber entrado en reposo.
Si bien es cierto que ambos tienen resolución Full HD+, la pantalla soporta el espacio de color DCI-P3 y se nota un plus en cuanto a viveza de los colores. Aquí también hablan de una «tecnología de imagen inteligente que produce colores más realistas» según el entorno, adecuando la temperatura.
Esto lo tendremos que probar, pero lo cierto es que en ambos casos la experiencia con la pantalla es muy buena, tanto a nivel de resolución como de detalle, quitando el aspecto del brillo máximo del Lite (que puede que nos juegue una mala pasada en la calle). Por cierto, la muesca desaparece en reproducción de vídeo a pantalla completa, uniformizándose ese marco al añadir dos bordes negros.
ASUS ZenFone 5 y 5 Lite: ¿aceptamos el «más tarde que nunca»?
La apuesta de ASUS es llamativa, pero no por lo que aporta, sino por a quién refleja. Quizás aquí el protagonismo se lo tendría que llevar el Lite, apellido que tiene cierta connotación de inferioridad, por carraspear con las cámaras y no quedar en la sombra ni en este aspecto ni en aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla o materiales (aunque no tiene USB tipo-C, una pena).
El ZenFone 5 no coge nada mal el testigo de ese ASUS ZenFone 4 que, si ya pudo resultar en un lanzamiento discreto, ve cómo se apaga su foco mucho antes de lo habitual para que se lo lleve su primo el unicejo, el del 90%. La experiencia con el teléfono es buena a falta de probarlo con un software maduro, pero no queda clara la incursión de la inteligencia artificial, pudiendo estar perdiendo la oportunidad de marcar aquí la diferencia con la competencia (porque aún no queda claro con nadie).
Buenos diseños, configuraciones equilibradas y aspectos tradicionalmente cuidados por la casa como el sonido y la app de cámara. Y esperanzas con Zen UI a nivel de liberación de lastres, aunque puede que la dependencia del hardware sea determinante para elegir una u otra versión (y configuración).
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ASUS ZenFone 5 y ZenFone 5 Lite, toma de contacto: «notch» e inteligencia artificial versus selfies «muy grupales»
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por
Anna Martí
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