Las cámaras han avanzado una barbaridad. El tema del autoenfoque (¿por qué nos empeñamos en decirlo en inglés?) es simplemente espectacular. Sigue siendo igual que antaño, pero siempre puede complicarnos la vida elegir un modo u otro. Por este motivo vamos a distinguir cada uno de los modos de autoenfoque y explicar cuándo podemos usar uno u otro.
En este artículo no vamos a hablar del enfoque híbrido, o por contraste… son tecnologías que van mejorando la rapidez del autoenfoque. Pero nosotros, en la mayoría de los casos, no podemos elegir cuál queremos. Compramos la cámara con ese tipo de enfoque (o una combinación de ellos) y ya está. Me refiero a esas siglas AF-S o AF-C o AF-A que nos pueden llegar a amargar la vida si no terminamos de entender su funcionamiento.
Y lo que digo siempre, no porque una cámara tenga una función estamos obligados a utilizarla. Todo depende del tipo de fotografía que practiquemos y de lo bien o no que funcione esta tecnología en el modelo que tengamos. Porque no es lo mismo ser el feliz propietario de una Nikon D850 que de una Nikon D3300, por poner dos ejemplos de la misma marca. Los modos de autoenfoque no funcionan igual en los distintos segmentos. Suelen ser cuestiones de precisión y sobre todo rapidez.
Son independientes a los puntos de enfoque disponibles y a la tecnología que tenga cada marca. Hasta ahora hablaban maravillas del enfoque de Nikon, pero acabo de probar una micro cuatro tercios que me ha dejado perplejo. La Dual Pixel CMOS AF de Canon también es llamativa.
El problema, como ocurre muchas veces, es que la denominación de los distintos modos de enfoque cambia según las marcas y parece que hay decenas de ellos. Básicamente hay tres en el mercado: Enfoque único, enfoque continuo y la combinación de ambos.
Enfoque único
Cuando apretamos el disparador hasta la mitad del recorrido o el botón AF el objeto se enfoca y, a no ser que soltemos el botón, se mantiene hasta que hagamos la fotografía. Da igual que reencuadremos o que pasen otras cosas por delante. El enfoque no varía.
Si queremos podemos cambiar el punto de enfoque pero una vez activado se mantiene fijo hasta que soltemos el botón correspondiente o disparemos la fotografía. Es el clásico modo de enfoque que traen absolutamente todas las cámaras por su sencillez. El fotógrafo decide qué quiere enfocar, lo sitúa dentro del punto de enfoque seleccionado y listo.
Para el 90% de las situaciones es la mejor opción que podemos elegir. Enfocamos donde nosotros queremos, recomponemos si es necesario y disparamos. En muchos modelos podemos cambiar el punto de enfoque para evitar el reencuadre, pero solo es realmente cómodo en pocas cámaras, como la Canon EOS 5D Mark IV…
Podemos activar solo un punto o dejar trabajar a la cámara con todos los que tenga. Esta última opción parece la más lógica, pero siempre tiende a enfocar el objeto más cercano. Por este motivo recomiendo trabajar solo con un punto o un grupo central.
Si no recuerdo mal, en Nikon se denomina AF-S (Autoenfoque de servo único); en Canon AF foto a foto; en Sony AF-S (enfoque automático de disparo sencillo)…
Enfoque continuo
Está pensado para enfocar objetos en movimiento. Mientras mantengamos el disparador hasta la mitad o el botón AF apretado, la cámara irá enfocando al objeto que esté en el punto de enfoque seleccionado. Las versiones más avanzadas de este modo de enfoque siguen al objeto en cuestión, aunque cambie de velocidad o de sentido.
Todo lo que esté dentro de los puntos de enfoque seleccionados siempre estará nítido, por lo que no tiene sentido alguno reeencuadrar con este modo. He visto a mucha gente pensar que estaba ante un fallo de la cámara, cuando simplemente es una forma más de funcionar. Si cambias el encuadre, lo más probable es que cambie el enfoque. Y te puede volver loco.
De nuevo podemos elegir los puntos de enfoque que queremos activos, aunque en este caso recomiendo activar todos para lograr una mayor precisión. Y siento anunciar una cosa, nuestra cámara de iniciación o de gama media solo tiene este modo de enfoque para llamar la atención, pero no suele ser realmente preciso.
En Nikon se conoce como AF-C (AF de servo continuo); en Canon es AF AI Servo; en Sony AF-C (enfoque automático continuo)…
Enfoque de reconocimiento automático
En principio es la combinación perfecta entre los dos modos anteriores. El sistema detecta si el objeto que queremos enfocar se mueve o no. Y actúa en consecuencia. Pero creo que es una forma perfecta de ralentizar el funcionamiento de la cámara.
En el fondo todo depende de nuestra forma de trabajar. De lo viciados que estemos del funcionamiento de nuestra cámara antigua. Y sobre todo de nuestra práctica fotográfica. A los que se dedican a la fotografía deportiva el AF-C les resulta imprescindible, mientras que a los fotógrafos de naturaleza les podría bastar incluso con otro modo de enfoque que no hemos tratado aquí, el modo Manual.
Para muchas cosas puede que sea el mejor de todos, aunque algunos lo tachen de antigualla. Pero el desarrollo de las cámaras sin espejo y su maravilloso focus peaking, un sistema para confirmar el foco. Y en muchas situaciones nos evita los problemas del autoenfoque, como el frontfocus o el backfocus… ¿Cuál utilizas tú?
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La noticia
Cuándo y cómo utilizar los distintos modos de autoenfoque de nuestra cámara
fue publicada originalmente en
Xataka Foto
por
Fernando Sánchez
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