Durante el pasado keynote del WWDC 2017, en medio de los anuncios de sus últimos sistemas operativos –macOS High Sierra y iOS 11– y del iPad Pro de 10,5″, Apple anunciaba también la adopción de nuevos formatos de compresión, tanto para vídeo –H265– como para imagen –HEIF–.
Este último es de especial importancia para la industria fotográfica, pues por primera vez en muchos años una “cámara” –el iPhone– abandonaba el omnipresente JPEG en detrimento de un nuevo códec. La jugada no fue baladí, pues suponía poner en jaque a muchos sistemas ya establecidos, pues el JPEG es el estándar de facto usado para transferir millones de imágenes que cada día se comparten en la red de redes.
El JPEG sigue siendo el rey de los formatos para compresión de imágenes, y ello a pesar de su relativa ineficiencia en cuanto a su ratio de comprensión vs calidad se refiere, pues si bien en sus inicios era muy eficiente, en la actualidad se trata de un formato ya muy longevo, que ha visto muchos sucesores asomar –como el reciente WebP de Google–, pero sin demasiado éxito hasta la fecha. El HEIF –High Efficiency Image File Format– usado por Apple es, como era de esperar, bastante más eficiente, pues permite obtener la misma calidad subjetiva utilizando aproximadamente un 50% del JPEG en cuanto a espacio.
Otros formatos han competido y compiten también es sus respectivas áreas con un éxito más o menos mitigado. La capacidad de compresión de todos estos códecs y formatos competidores no es lo que se pone en duda, sino el respaldo –o ausencia de este– por parte de la industria que hay detrás.
Es por este motivo que el HEIF, con el apoyo expreso de Apple y todo su ecosistema de dispositivos móviles con cámara funcionando con iOS 11, supone un importe cambio de paradigma. Y es por este mismo motivo que, otro nuevo formato que asoma, el AV1, supone también un contendiente mayor. Detrás de él se encuentra la Alliance for Open Media, que incluye a actores de peso como Google, Microsoft o Mozilla, pero también a la propia Apple, su miembro más reciente, aunque este último aún no se ha pronunciado al respecto.
Una de las ventajas del AV1 es que se trata de un formato libre de patentes, algo que puede ayudar a su difusión como nuevo estándar de facto en la industria. Sin embargo, el AV1 aún se encuentra en fase experimental, y aún está lejos de poder ser adoptado por los fabricantes. Mientras tanto, está claro que nadie sabe a ciencia cierta quien será el sucesor del JPEG –ni cuándo ocurrirá exactamente–, pero lo que sí parece claro es que los mayores interesados prefieren no descartar ninguna de las posibles opciones.
Fuente: CNET