Es posible que tú también seas de los que reniegan del flash porque su utilización es compleja y suele ofrecer resultados artificiales. Pero tienes que pensar que se trata de un recurso muy útil en muchas situaciones y que, bien utilizado, ni siquiera tiene porqué notarse. Te mostramos cómo utilizar el flash sin que se note y logrando unos resultados lo más naturales que sea posible.
Para empezar, vamos a ver qué son las cosas que produce normalmente la luz de un flash para hacer que los resultados parezcan artificiales. Lo primero es que suelen iluminar sólo una parte del cuadro (normalmente alrededor del sujeto principal), producen sombras profundas de bordes pronunciados y reflejos muy brillantes en la superficie iluminada (como la piel de las personas).
Estos problemas están asociados a las características típicas de los flashes que ya tratamos ampliamente en nuestro Curso de Fotografía. A saber: se trata de una luz artificial que se caracteriza (en líneas generales, porque hay distintos tipos de flashes) por ser un destello breve y de alcance limitado pero muy intenso, que arroja una luz muy dura y, por tanto, aplana los volúmenes y crea sombras pronunciadas.
Para obviar estos problemas podemos recurrir a distintas estrategias, pero casi todas ellas se basan en evitar un error muy común que es pensar que al usar el flash éste va a ser la única fuente de luz empleada. Así, lo mejor es utilizar distintas fuentes, ya sea mezclando luz de flash con natural o con el uso de varios flashes, o bien buscar una manera de difuminar la dureza de la luz del flash de un modo u otro.
Por supuesto, no vamos a hablar de iluminación con flashes de estudio, donde con los conocimientos y la experiencia adecuada, y utilizando todo tipo de accesorios, podemos tener un control total de la luz. Nos centraremos en ver cómo lograr resultados más naturales utilizando solamente un flash, ya sea uno externo o el de tipo pop-up que viene integrado en muchas cámaras. Vamos con ello.
Mejor un flash externo
El pequeño flash integrado en nuestra cámara es un recurso útil para determinados casos (como el flash de relleno del que hablamos más adelante), pero su situación muy cerca del objetivo hace que su luz sea totalmente frontal, lo que resulta en imágenes planas y provoca problemas como el pernicioso efecto de ojos rojos. Para evitarlo, y al mismo tiempo conseguir una fuente de luz más versátil, siempre es mejor utilizar un flash externo.
Este tipo de dispositivos, acoplados a la cámara, permiten disparar desde un ángulo diferente al del eje sensor-objetivo lo que hace que los reflejos y las sombras sean más naturales. Además, nos abre posibilidades que son de gran ayuda en este terreno, sobre todo si nos animamos a disparar utilizando el flash alejado de la cámara. Por ejemplo desde un lateral del sujeto principal para crear volumen, o desde atrás para conseguir que el elemento se separe claramente del fondo.
Ojo con la dirección de la luz
Y es que, variar la dirección desde la que llega la luz artificial es una buena manera de esquivar esas imágenes planas y poco naturales típicas de los disparos con flash. Por este motivo nunca debemos olvidarnos de comprobar de dónde viene la luz natural y utilizarlo en nuestro beneficio. Porque si situamos nuestro flash en el mismo eje desde el que llega la luz natural, y lo usamos como complemento de ésta, lograremos una iluminación más sutil y mucho más realista.
Utiliza un difusor de luz
Una de las recomendaciones más típicas a la hora de tratar de obtener resultados naturales con el flash es suavizar su luz con la ayuda de algún tipo de elemento colocado delante del accesorio. Es decir, un difusor de luz que permita matizar la (generalmente) potente luz del flash y evitar así las sombras profundas.
Difusores hay de muchas clases, algunos incluidos en los propios dispositivos (generalmente de gama alta), pero también son muy populares los de tipo casero que se pueden crear muy fácilmente. Si optamos por esta opción, podemos fabricarnos uno incluso para el pequeño flash integrado en la cámara, aunque sin duda de nuevo los flashes externos ofrecen muchas más posibilidades.
Baja la potencia
Incluso aunque usemos un difusor, otra medida efectiva para hacer que la luz del flash sea más natural es reducir la potencia del destello. Esto es especialmente recomendable en casos como el flash de relleno, donde claramente la luz del flash no es la principal sino que es sólo un complemento de la luz natural y se usa como apoyo para iluminar mejor una zona concreta.
Si tienes dudas sobre qué valores de exposición utilizar, repasa este artículo sobre el uso del flash, pero piensa que en fotografía digital siempre tienes la posibilidad de hacer pruebas y comprobar rápidamente el resultado (a menos que sea un momento irrepetible como una boda, donde ya hay que ir con la lección aprendida).
Usa el flash de rebote
Otra posibilidad para lograr una luz más natural utilizando un flash es recurrir a la técnica del flash de rebote. Se trata, como probablemente ya sabrás, de hacer que el destello se dirija hacia una superficie lo más blanca posible (generalmente el techo si es que no es demasiado alto) en la que pueda rebotar para iluminar la estancia (lógicamente es para interiores) de una forma más difusa.
En el fondo no es más que otra manera de suavizar o difuminar la luz de una manera más sofisticada. Eso sí, para esta técnica necesitarás un flash externo con cierta potencia, aunque hay quien se busca las mañas para hacerlo incluso con una pequeña compacta.
Aprende a usar otros modos de flash
Ya hemos mencionado en dos ocasiones el flash de relleno, otra técnica que por supuesto recomendamos para usar el flash sin que se note. Recuerda que esta forma de usarlo implica que la luz natural va a ser la principal y el flash sólo va a “rellenar” (de ahí el nombre) una zona concreta, sirviendo de apoyo para potenciar una zona o tratar de eliminar las sombras que puede haber en un rostro por culpa de la iluminación principal.
El flash y la larga exposición
Otro modo de emplear el flash para que el resultado sea natural está en utilizarlo en conjunción con una exposición prolongada. Es lo que en las cámaras suele denominarse sincronización lenta y tiene dos modalidades: sincronización a la cortinilla delantera y trasera. Los diferentes efectos que se consiguen con una y otra se explican en esta parte del curso de fotografía por lo que nos limitamos a comentar que, como podéis imaginar, se trata de lanzar un destello de flash algún momento de una larga exposición.
Con una foto de estas características podremos plasmar un ambiente con una iluminación muy tenue (como un atardecer o el interior de un edificio levemente iluminado) y el flash nos servirá para aportar un extra de iluminación a una determinada zona o elemento. Además, en el caso de que haya movimiento en la foto, nos puede servir para detener ese objeto en concreto logrando unos resultados que pueden ser espectaculares (os recomiendo repasad este artículo sobre cómo plasmar el movimiento).
En este último caso puede que el resultado no sea muy natural, pero bien utilizado es un recurso más para sacar provecho del flash sin que las fotos resultantes sean artificiales. Si sabemos combinarlo con el uso de difusores y con la técnica de subexposición de la luz del flash evitaremos que nuestras fotos adolezcan de molestas sombras o fuertes brillos en las superficies y conseguiremos lo que andamos buscando: Fotos realizadas con flash sin que lo parezca.
En Xataka Foto | ¿Qué me compro, un objetivo o un flash?
Foto de portada | Andrés Nieto Porras
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La noticia
Cómo disparar con flash y conseguir que no lo parezca
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Xataka Foto
por
Óscar Condés
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