«Me desperté con la alarma del móvil. Mientras me cambiada para ir al colegio, puse música en Youtube a través del ordenador. Más tarde, me conecte a Facebook e Instagram y me mensajee con unas amigas. A su vez, me puse la televisión de fondo mientras cotilleaba los perfiles de Instagram. Me fui al colegio. Durante el recreo me conecte a Facebook. Cuando llegue a casa realice una llamada para consultar unos deberes. Mientras hacía los deberes recibí varios mensajes de WhatsApp, hice un descanso y estuve conectada a mis perfiles de Facebook e Instagram. Al terminar la cena, mientras mis padres veían la televisión, me puse a leer un libro en la tableta mientras de fondo estaba la televisión. Cuando decidí irme a la cama, me volví a conectar a Instagram e hice un vídeo y un par de fotos para actualizar mi red social » decía una adolescente de 15 años entrevistado en nuestra encuesta.
Aunque parezca exagerado desde Comunica + por – mostramos claramente un día en la vida de un adolescente de la generación multimedia, entre los 11 y 17 años. Según nuestras estadísticas 4 de cada 10 están conectados las 24 horas del día; 5 de cada 10 están conectados hasta que se van a dormir y sólo 3 de cada 10 se conectan menos de 3 horas.
En cualquiera de los hogares españoles encontramos los siguientes aparatos tecnológicos, y aunque la decisión de compra es de los padres, influyen los hijos:
Actualmente, esta generación utiliza los medios simultáneamente. Mientras ven la televisión escuchan música, navegan por Internet y se conectan a sus perfiles sociales, pueden estar haciendo los deberes. Desde que llegó Internet a los hogares y a los móviles el mundo se ha puesto del revés desde el punto de vista tecnológico.
Las redes sociales son lo primero en su lista de conexiones a Internet. La tecnología es la base principal para realizar cualquier tarea aunque la función principal sea comunicarse.
Durante la etapa de adolescente, construyen su identidad. En ella se preguntan quiénes son y cómo les ven los demás. Por ello, en las redes sociales cuando van a publicar contenido en la red se preguntan qué quieren que los demás sepan de ellos omitiendo aquello que no les interesa. Todo lo que van a decir está basado en audiencias, tratando de superar la anterior publicación. Normalmente esperan recibir respuestas válidas y de aprobación. Suele ser un aprendizaje hacía dos direcciones, aprenden sobre sí mismos en relación a los demás.
El 90% se comunica con mayor libertad, puesto que sienten que es un espacio de separación de los adultos ya que es su propio territorio y no existen limitaciones. Principalmente sus funciones son: hablar, mandar mensajes, chatear, bloguear y crear perfiles. A su vez, generan nuevas formas de socialización, crean nuevos roles y ensayan nuevas conductas. Generalmente, son más atrevidos que otras generaciones.
El 95% de los adolescentes sube a redes sociales su nombre y apellido, el 60% sube fotos personales y sólo el 30% indica dónde vive.
Desde Comunica + por – observamos que las redes sociales les hacen sentirse libres e independientes, son ellos mismos los que toman las decisiones. Qué decir, qué hacer, cómo hablar… El 90% quiere ser visible y ser visto con el fin de ser popular y tener muchos amigos. Además, de encontrar su lugar perteneciendo a una comunidad online. De esta manera construyen su identidad.
Miguel Zorío, máximo responsable de Comunica + por – recomienda «es necesario ubicar el ordenador o la tablet en lugares con espacio compartido. De este modo, padre e hijo aprovechan para navegar juntos. Es importante dialogar sobre los usos adecuados que deben hacerse desde Internet de manera que la tecnología sea para ellos un aliado y no un foco de dispersión.»