Uno de esos temas que recurrentemente aparecen en los medios generalistas, especialmente cuando se habla de adolescentes, es como el uso de las redes sociales tiene un efecto en nuestra salud mental. La constante exposición de nuestras vidas al escrutinio público acaba pasando factura, así como el hecho de que estemos siempre atentos a lo que hacen los demás. La noticia sobre cómo las redes sociales podrían o no afectar a nuestro bien estar no es por tanto nueva, pero sí lo es que estas críticas lleguen desde dentro. Facebook – en un muy extraño movimiento de tirar piedras contra su propio tejado – acaba de señalar que usar en exceso las redes sociales puede resultar problemático.
La red social acaba de publicar un post en su blog corporativo intentando responder a la pregunta de si pasar tiempo en las redes sociales es o no es bueno para nosotros como usuarios. En el post recogen las diferentes teorías existentes sobre la materia, para al final acabar empujando la culpa y la cuestión hacia el consumidor. «En suma, nuestra investigación y otra literatura académica sugiere que es sobre cómo usar las redes sociales lo que importa cuando se trata de tu bien estar», explican en un post conjunto David Ginsberg, director de investigación, y Moira Burke, científica de investigación, de la red social.
Pero, como recuerdan en Business Insider, el post es algo más que un brindis al sol. Al fin y al cabo, de lo que se lee se puede llegar a la conclusión de que Facebook está reconociendo que demasiado tiempo en redes sociales no es bueno y lo está haciendo en el momento en el que está siendo sometida a más intenso escrutinio sobre para qué sirve y sobre todo sobre el impacto que tiene en nuestra vida.
El post es también una suerte de respuesta a las acusaciones de un antiguo directivo de la compañía, que acaba de acusar a las redes sociales de estar destrozando cómo funciona la sociedad y que se convirtió en viral por su pasado ligado a la compañía.
Por qué ahora
Como señalan en su análisis, solo que Facebook haya sentido que tiene que dar la cara es ya una cuestión muy importante, ya que dice mucho de cómo está cambiando la posición de las empresas del sector en el mercado. Hasta ahora eran una suerte de enfants terribles que no tenían que dar la cara por nada y que además estaban muy bien vistas. Puede que hiciesen cosas que algunos expertos alertaban que eran peligrosas o no muy éticas, pero eran voces minoritarias que aparecían de vez en cuando.
Lo que ocurre ahora es que estas compañías están siendo analizadas y sometidas a un escrutinio mucho más intenso, además de a muchos más niveles, especialmente en EEUU. En ese país, la tensión ligada al escándalo de la intervención rusa – redes sociales mediante – en las elecciones estadounidenses ha hecho que se empiecen a plantear muchas más cosas sobre las redes sociales y sus responsabilidades.
Si a eso se suma que antiguos directivos de las redes sociales están haciendo leña del árbol caído (Sean Parker, el primer presidente de Facebook, señaló hace unos meses que «solo Dios sabe lo que está haciendo con los cerebros de nuestros niños», hablando de Facebook), se tiene la foto completa. Las redes sociales están en un momento de seria crisis de reputación.